4 Obras maestras de la música
Dentro de las casi cien obras que Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893) escribió a lo largo de su vida, destacan de modo particular sus tres conciertos para piano y orquesta. El primero, opus 23, es sin duda una de sus más famosas composiciones, y basta escuchar los primeros acordes para reconocerlo de inmediato. Originalmente este poderoso concierto estaba dedicado al compositor y pianista Nikolai Rubinstein, pero ante el menosprecio expresado por este al estudiar la obra, Chaikovski decidió entregarlo al legendario director de orquesta y pianista Hans von Bülow para su estreno, el cual se llevó a cabo con clamoroso éxito en Boston en 1875. Chaikovski volvió a revisar y hacer pequeñas modificaciones a esta obra en 1879 y, finalmente, en 1888. Esta última versión fue la definitiva y es la que actualmente se interpreta en todo el mundo.

Ante el arrollador éxito del Concierto para piano No. 1, Rubinstein se retractó de su opinión inicial y se convirtió en un gran promotor y defensor de esta obra. Más aún, pidió a Chaikovski que le permitiera tocar el siguiente, que el compositor había empezado a trabajar en 1879. Halagado, Chaikovski decidió dedicarle su Concierto para piano No. 2, op. 44. Sin embargo, Rubinstein nunca pudo interpretarlo, pues murió a principios de 1881. Finalmente, el concierto fue estrenado a finales de ese mismo año en Nueva York, con la pianista inglesa Madeline Schiller como solista.