La altura más grave del cello y su octava. Un profundo peso reside en el talón del arco. El do superior se sostiene para dar inicio con la ondulante línea. Encontraremos en muchos compases este proceder: un intervalo amplio y duradero que se afana por nombrar la evolución armónica, seguido de gestos de espíritu improvisatorio, unos más audaces que otros. El Grave es la primera de dos claras secciones en el Preludio que inaugura la quinta suite. La penetrante languidez puede atribuirse a la intención de hacer cristalino el desmembrado coral armónico que conduce el movimiento. La región baja enfatiza la verticalidad, mientras que la región cantante permite el sentido horizontal. En medio de ese esquema…libertad. Pero, ¿qué cosa es lo que Bach libera en este tipo de movimientos lentos? La prodigiosa capacidad de expresar líricamente su sensibilidad a través de sistemas musicales rígidos.

No es el Bach mecanicista que hace alarde de su absoluto dominio de la forma y artilugios barrocos, es el Bach que nos susurra directamente sus afectos y temores. Luego de una prolongada sucesión ininterrumpida de semicorcheas coronadas por una cadencia, inicia el Allegro en 3/8, la segunda sección del preludio. Si existiese algo así como una”fuga a una voz” este sería un posible modelo. Un vigoroso tema fugado aparece como si esperara que otro instrumento le pudiese dar alcance en su escape hacia la dominante. Desde luego, pronto descubre que está solo y que ninguna otra melodía le acompañará. Bach muestra el camino de salida de esta trampa autoimpuesta con enorme ingenio dado el rompimiento progresivo de la expectativa de una exposición de fuga convencional. Es justo nuestra expectativa el terreno de su experimento. Después relegar la idea de fuga por medio de amplios periodos secuenciales el tema principal regresa y remarca esa posibilidad. La última página recalca el sentido del capricho mediante los dos strettos maquillados y la cadencia con la típica tercera de picardía en el acorde final.

La Allemande, de forma binaria, está hermanada al inicio de la suite en espíritu y factura. Acaso su ocurrir es un tanto más uniforme gracias a la insistencia de la figura de corcheas con puntillo y semicorcheas. La parte B es otra criatura, a pesar de usar materiales similares. Quizá la gesticulación del melodioso inicio en lo agudo recuerde al violagambismo tardío en el s. XVIII. Por supuesto, Bach estaba familiarizado con estas posibilidades, de hecho escribió tres sonatas para viola da gamba y clave, además de utilizar este instrumento en las Pasiónes según San Juan y San Mateo.

La Courante usa el compás de 3/2, medida preferida de Bach en las courantes de sus suites para teclado. El movimiento presenta una masculina danza de aire medieval.