La estancia argentina es una hacienda o cortijo dedicada a la cría de ganado, sobre todo en las verdes e inmensas llanuras de la Pampa, un paisaje que había marcado profundamente a Ginastera desde chiquillo: “Siempre que cruzaba la Pampa o vivía allí durante algún tiempo, mi espíritu se inundaba de impresiones cambiantes, ahora alegres, ahora melancólicas, unas rebosantes de euforia, otras impregnadas de una paz profunda, todas ellas provocadas por esa inmensidad sin límites y por la transformación que cada día del mundo experimenta el campo.”

Desde el principio, Ginastera decidió establecer una profunda asociación entre su trabajo y el gran poema épico “Martín Fierro” de José Hernández. Al describir el paso del día, de sol a sol, Ginastera establece en Estancia una constante en muchas de sus obras posteriores: la descripción en clave musical de lo inevitable del paso del tiempo, el ciclo eterno, la simetría. La secuencia alba-día-tarde-noche-alba que aparece en Estancia fue repetida literalmente dos años después en el ciclo de canciones ‘pampeanas’ tituladas Las horas de una estancia (1943). La Cantata para América Mágica (1960) nos transporta a seis escenas, desde la creación del mundo hasta su destrucción, una idea que reexplotó en Popol Vuh. La ópera Bomarzo (1966-67) se proyecta en el tiempo y lo distorsiona relatando las peripecias de un hombre malvado, por medio de una serie de flashbacks a la hora de su muerte. Así, toda una vida se superpone a un pequeño momento en tiempo real, durante lo que dura la representación. También es típico que Estancia se inaugure con El Amanecer, el mismo título de la danza final en Panambí. Ginastera cuidaba tanto el aspecto de continuidad a través de su producción como en la simetría en sus trabajos.

- La suite consiste en cuatro secciones del ballet, de las cuales escuchamos tres
- Los Trabajadores Agrícolas, Danza del Trigo y Los Peones de Hacienda
- Danza final (Malambo).

Los movimientos que componen la suite son:

Los Trabajadores Agrícolas es una oscura, impulsiva, vigorosa danza con patrones cordales acentuados y sin que sugieren los enérgicos esfuerzos de los granjeros que cosechan el trigo. Está inspirada en el malambo, la danza campesina que aparece con total fuerza en el final de la suite.