205. 12 de octubre de 2017

Orquesta de cuerdas del Concertgebouw

Así como darle buenas noticias a alguien tiene un efecto positivo contagioso al mensajero, interpretar la Serenata op.22 de Dvorak tiene realmente un efecto terapéutico para los interpretes. Hay bondad en ella. De alguna manera hasta los momentos que podrían proyectar una sombra pesimista - la luz melancólica del vals, o la fragilidad del Larghetto inaugural - retiene una maravillosa atmosfera despejada. Usualmente, las composiciones de grandes dimensiones contienen drama, tensión, conflicto - herramientas que ayudan al interprete a "tomar las riendas", interpretando obras de su propio y único punto de vista. Si comparamos una docena de grandes interpretaciones de la Sexta Sinfonía de Tchaikovsky con otra docena de igualmente grandes interpretaciones de El cascanueces, las diferencias en la interpretación serán mucho mas grandes en la primera. ("Las familias felices se parecen; cada familia infeliz es infeliz a su propia manera". León Tolstoi, la oración introductoria de Anna Karenina"). El punto mas sobresaliente de la serenata de Dvorak - esta "pura bondad"- es totalmente suficiente para sostener una comunicación significativa durante casi media hora de música.

Mientras las circunstancias alrededor de la creación de la obra y el contenido emocional de la composición resultante no siempre van de la mano, en este caso particular sí. En el verano de 1874, el recién casado Dvorak estaba esperando su primer hijo. Dvorak trabajaba como organista en una de las iglesias de Praga - un puesto que no le ocasionaba ningún problema para obtener los papeles del gobierno que acreditaban su pobreza. Con estos papeles, y un buen montón de partituras recientes (que incluían dos sinfonías, una obertura, canciones y música de cámara), solicitó una beca del gobierno. Un distinguido jurado, que incluía a Johannes Brahms, no se equivoco al reconocer los "dotes genuinos y originales", y bajo su propia recomendación, el Ministro de Cultura le presento a Dvorak el salario mas alto disponible en ese programa. No hay duda de que el anuncio de esta beca estimulo una explosión de creatividad. Y fue durante esta oleada de felicidad, cuando la Serenata para cuerdas fue acabada en un corto lapso de 11 días.

Misha Rachlevsky para la Orquesta de Cámara del Kremlin


The English Chamber Orchestra visita el Palacio de Bellas Artes este 14 y 15 de octubre, dentro de sus atractivos programas aparece la bella Serenata para cuerdas op. 22 de Dvorak. No se pierda la oportunidad de asistir a este magnífico concierto. Para mayor información, consulte la cartelera de Música en México.