“Cristo en el Monte de los Olivos” op. 85 es el único oratorio que compuso Beethoven. Comenzó a escribirlo en un momento en el que este género caía en desuso; los últimos grandes oratorios de la época habían sido compuestos por su maestro Joseph Haydn. La obra fue estrenada en Abril de 1803, junto con el tercer concierto para piano y la segunda sinfonía. Al año siguiente, Beethoven decidió refinar la partitura, pero esta segunda versión no se publicaría hasta 1811.

El libreto tiene dos secciones basadas en los pasajes evangélicos que narran las escenas bíblicas de la oración de Jesús en el huerto y su arresto por parte de las autoridades político- religiosas de Jerusalén. Francisco Javier Huber, quien era el libretista de ópera más famoso de Viena, omitió en la obra al narrador, en un intento de enfocar la totalidad de la acción en el personaje de Cristo. Por ello, las emociones y padecimientos de Jesús son remarcados a lo largo de la pieza.

La aceptación, por parte de Jesús, de su destino de sufrimiento para la salvación de la humanidad está recogida en la primera parte del oratorio. Le sigue con una escena teatral, semejante a una ópera, que comienza con la llegada de la soldadesca que busca a Jesús. La escena se completa con la resistencia ofrecida por Pedro y finaliza con el coro de ángeles que canta dando gracias a Dios.

Fuente: www.galeon.com/archivodesemanasanta