Pasaron casi veinte años desde la concepción inicial de Roméo et Juliette hasta su terminación en la forma definitiva. Cuando Berlioz era un joven de 27 años, viajó a Italia y, bajo el embrujo del país que había proporcionado inspiración artística a tantos compositores, decidió emprender lo que prácticamente llegaría a ser una obra de vida. Varias de sus obras provienen del drama: la sinfonía-concierto Harold en Italie (terminada 4 años más tarde), la ópera Benvenuto Cellini (8 años más tarde), la sinfonía dramática Roméo et Juliette (17 años más tarde), la ópera Les Troyens (28 años más tarde) y la ópera Béatrice et Bénédict (32 años más tarde). Estos eran los temas que le interesaban y él se sentía lo suficientemente comprometido con las ideas de su juventud como para ocuparse de llevarlas adelante hasta terminarlas.
El interés de Berlioz en Roméo et Juliette en realidad surgió tres años antes de su viaje a Italia, cuando vio por primera vez la obra de teatro. Había leído a Shakespeare en una traducción y estaba ansioso por verle en escena cuando una compañía de Inglaterra hizo una gira por Francia... |
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