Hace unos días falleció Betsy Pecanins, llamada “la reina del blues” en México. Su voz y singular presencia la colocaron en una posición destacada dentro del panorama jazzístico de México. “Tenía un color de voz, una manera de decir el blues”, dice la cantante Ella Laboriel. “Partió en el momento de mayor madurez, no con su mejor voz, pero nos demostró que hay otra forma de cantar. La voz no es solo el timbre y registro vocal, sino lo que digo y cómo lo digo”, agrega Antonio Rodríguez “Frino”, quien colaboró con ella, de naturaleza más tímida, para dar forma a sus letras.
Afectada durante buena parte de su vida por distintos padecimientos que llegaron a afectar su voz, supo reinventarse y se volcó a la composición, incluso el rap, con letras propias y de amigos. Grabó 14 discos.
“Tenía la sensibilidad para escoger sus músicas, que iban del blues al bolero, de la canción mexicana a los Beatles. No creo que solo fuera una cantante de blues. Quizá la palabra jazz abarca más posibilidades”, declaró Eduardo Vázquez Martín, Secretario de Cultura de la CDMX.
Pecanins nunca se amilanó. Supo resurgir. Eugenia León señala que tuvo una vida ejemplar, con muchos retos desde que nació, “un cerebro y sentido musical privilegiado”. La propia Betsy lo expresó así: “He llegado hasta el fondo y más abajo y, aunque a veces me doble, no me rajo”. Murió a los 63 años.
Fuente: Erika P. Bucio y Manuel Tejeda, en Reforma.
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