La trompeta es uno de los instrumentos más antiguos. A lo largo de su larga historia ha sufrido innumerables cambios antes de adoptar su forma actual, que incorpora la mecánica de pistones que, a partir del siglo XIX, permitió alcanzar con seguridad cada nota. El principio de esta técnica es sencillo: mediante la apertura de un pistón se alarga el tubo, la nota baja y se cierra el espacio entre dos tonos naturales.
El término procede del francés trompette o del catalán trompeta, derivados de trompe y trompa, respectivamente, diminutivos conocidos desde el siglo XIV; algunas fuentes italianas subrayan que trombetta figura por primera vez en Dante (1265-1321). El hecho es que la figura trompeta es de uso general y se aplica dentro de la familia de los aerófonos de metal, a todos aquellos instrumentos, comunes a las más diversas civilizaciones, que poseen un tubo abierto, esencialmente cilíndrico, por lo cual son capaces de emitir un sonido más penetrante y agudo que el característico de las trompas, cuyo canal tiene mayor diámetro y presenta una acusada conicidad.
La trompeta es instrumento básico de la sección de metales de las orquestas sinfónicas, conjuntos de jazz, bandas de todo tipo, grupos musicales folclóricos así como de música popular. Prominentes compositores han escrito conciertos y piezas para trompeta, muy particularmente en la época barroca como Purcell, Vivaldi, Hummel, Marcello, Albinoni, Tartini, Cimarosa, Telemann, Haydn. Autores contemporáneos que han escrito música de cámara para la trompeta, entre otros: Sibelius, Milhaud, Jolivet, Taillefere, Ligeti, Carter, Stockhausen, Henze, Kagel, Birtwistle y muchos más.
Fuente: Ramón Andrés, Diccionario de instrumentos musicales, Barcelona, Bibliograf, S.A., 1995; van den Hoogen, Eckhardt, El ABC de la música clásica, México, Santillana Ediciones Generales, 2011.
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