El concepto a capella , con el que hoy se designa una obra coral no acompañada por instrumentos, tuvo a lo largo de los siglos numerosos significados diferentes e incluso opuestos entre sí. Procede del italiano y significa algo parecido “al modo de una capilla (de cantantes – a capella)” o “como en iglesia”. Si un compositor del siglo XVI escribía a capella en su partitura, podía referirse a un tempo, pero también a la entrada de los instrumentos después de un solo, es decir, justamente lo opuesto de su significado actual. A finales del siglo XVI, con este término se describía por regla general a la música vocal sacra para un coro cuyas voces se componían de varias personas (sopranos, contraltos, tenores y bajos). Cada una de las voces podía doblarse a su vez por instrumentos.
Quienes crearon el estilo de la música vocal de la segunda mitad del siglo XVI fueron Orlando di Lasso (1532-1594) y Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), en cuyas obras se consuma un equilibrio técnico, polifónico y sonoro que fue redescubierto en el siglo XIX y que, junto con el concepto del estilo Palestrina, se convirtió en el ideal de la música sacra “pura”. Las numerosas obras que Palestrina compuso para la capilla musical del papa, en las cuales se prohibían por lo general los instrumentos, ejercieron también una influencia enorme. El caso especial a capella sistina se convirtió en la norma de una nueva música sacra.
Fuente: Annette Kreutziger-Herr, Winfried Bönig, La música clásica: 101 preguntas fundamentales, Alianza Editorial, Madrid, 2010.
Comentarios