El músico mexicano Rafael Méndez fue reconocido internacionalmente, y en muchas ocasiones los críticos y la prensa se refirieron a él como “el mejor trompetista del mundo”. En su niñez acompañó al legendario Centauro del Norte, Pancho Villa, en algunas de sus batallas revolucionarias; también trabajó como integrante de la orquesta de un circo y en bandas militares. De aquí nació su versatilidad y su profunda identidad mexicana.
El libro que presentó el pasado 29 de agosto Alejandra Rosas, en la Fonoteca Nacional, no es una biografía detallada de Rafael Méndez, sino un acto de amor para él, para la trompeta, el instrumento común entre ambos, y para otros ejecutantes que han logrado que se reconozca a México como tierra de excelentes trompetistas.
A lo largo del evento Alejandra Rosas, además de contar anécdotas del virtuoso músico michoacano, interpretó algunas piezas de este compositor, otras tradicionales para trompeta, así como temas de jazz.
Durante más de 20 años, en las décadas de los 40 y 50, Rafael Méndez presentó su trabajo sin descanso en televisión, cine y teatro en Estados Unidos, y recorrió el mundo como solista interpretando sus propios arreglos musicales para trompeta. Por desgracia no tuvo la misma fortuna en su país natal, México.
Como músico solista, grabó discos como Together con Almeida, Concerto for Mendez y Trumpet solos extraordinary, por mencionar algunos. Wynton Marsalis, por ejemplo, se ha referido Méndez como “un prodigio de la trompeta”.
El músico mexicano declaró estar triste por no haber sido reconocido en su país de origen. Sin embargo, cuenta con una estrella en el famoso boulevard de Hollywood como reconocimiento a su destacada trayectoria dentro de la música jazzística, clásica e instrumental de Estados Unidos.
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