Tosca en la Sala Nezahualcóyotl

Por José Antonio Palafox Es la mañana del 14 de junio de 1800 en Roma. Las tropas de Napoleón Bonaparte combaten a las fuerzas austríacas […]

Por Jose Antonio Palafox Última Modificación noviembre 9, 2016

Por José Antonio Palafox

Es la mañana del 14 de junio de 1800 en Roma. Las tropas de Napoleón Bonaparte combaten a las fuerzas austríacas en la batalla de Marengo, donde obtendrán la victoria. Cesare Angelotti, excónsul de la República romana, ha escapado del castillo de Sant’Angelo, donde se encontraba prisionero, y se oculta en la capilla de la iglesia de Sant’Andrea della Valle. Ahí se encuentra con su amigo Mario Cavaradossi, un pintor que está trabajando en una imagen de María Magdalena. Aunque no está comprometido con ninguna causa política, Cavaradossi se muestra dispuesto a ayudar a Angelotti a escapar de Roma, así que le ofrece su casa de campo como escondite provisional. De pronto suena un cañón en el castillo de Sant’Angelo: la fuga de Angelotti ha sido descubierta. Peor aún, al frente de los piquetes de soldados que buscan al prófugo se encuentra el desalmado y sádico barón Scarpia, quien no solo tiene un concepto bastante retorcido de lo que es el deber, sino que también busca hacer presa de sus bajos instintos a la hermosa cantante Floria Tosca, celosa enamorada de Cavaradossi. Para lograr ambos objetivos, Scarpia cuenta con la incondicional obediencia del repulsivo agente de policía Spoletta…

Empieza así, a grandes rasgos, la obscura y violenta historia de Tosca, quinta ópera de Giacomo Puccini y su tercera colaboración con los libretistas Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, quienes a su vez se basaron en el poderoso drama teatral La Tosca de Victorien Sardou, que había triunfado en París tan solo tres años antes, en 1887. Continuando con la línea trágica ofrecida exitosamente en Manon Lescaut (1893) y La bohème (1896), Puccini y sus libretistas hicieron entrega al público de una obra realmente intensa en la que las consecuencias de las pasiones más insanas son llevadas hasta sus últimas consecuencias.

Y es que Tosca es una ópera en la que nada, ni siquiera el amor, parece ser puro y honesto. Todos y cada uno de los desdichados protagonistas dudan de los demás y se sirven del engaño para lograr sus propósitos, sin parecer darse cuenta del asfixiante sino trágico que flota todo el tiempo sobre sus cabezas. Tal vez espejo de las tensiones políticas que se vivían en la Italia de 1900, año de su estreno en el Teatro Costanzi de Roma, lo cierto es que con Tosca Puccini compuso una de sus obras más violentas y sombrías, en la que el trasfondo histórico de las guerras napoleónicas y el marco político de las rebeliones liberales en la Italia de 1800 sirven como pretexto para narrar una de las más trágicas historias de amor que podemos encontrar dentro de los anales de la ópera.

Mención aparte merece la estructura de esta obra: comienza sin ningún tipo de preludio ni obertura, y a lo largo de su desarrollo el hilo conductor y detonante de situaciones clave no es —como cabría esperar— ninguno de los tres protagonistas, sino Angelotti, un personaje secundario. Los temas musicales de cada uno de los personajes (lírico para Tosca, apasionado para Cavaradossi, tétrico y lascivo para Scarpia, heroico para Angelotti) trascienden su típica función de acentuadores de la trama y se convierten en parte del desarrollo psicológico de los protagonistas, sirviendo como manifestación audible de sus sentimientos y pensamientos. Además, como es costumbre en las óperas de Puccini, encontramos un sabio equilibrio entre las meticulosas atmósferas creadas por la orquesta y el desarrollo vocal de los personajes, sembrado de arias inolvidables que se han convertido en favoritas del público: “Recondita armonía” y “E lucevan le stelle”, cantadas por Cavaradossi, y “”Vissi d’arte”, cantada por Tosca.

Los próximos 12 y 13 de noviembre del 2016 tendremos la oportunidad de asistir a una versión en concierto de esta ópera en la Sala Nezahualcóyotl, donde los papeles principales correrán a cargo de la soprano Elizabeth Blancke-Biggs (Tosca), el tenor Carlos Arturo Galván (Cavaradossi) y el barítono Carlos Almaguer (Scarpia), todos bajo la batuta del maestro Enrique Patrón de Rueda.

Giacomo Puccini: Recondita armonía (Tosca) / Luciano Pavarotti (Cavaradossi)

Jose Antonio Palafox
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