Clasicismo en Francia

Se ha dado el nombre de Clasicismo musical al periodo que abarca la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, marcado por la búsqueda del equilibrio y la claridad de las formas musicales. Aunque los centros más emblemáticos de esta corriente se han ubicado en Viena con figuras como Haydn, Mozart y Beethoven, Francia también jugó un papel importante en el desarrollo de la música clásica, especialmente en el ámbito de la música de cámara, donde sobresalieron los compositores que protagonizan este concierto. François Devienne fue un prolífico compositor, instrumentista y pedagogo. El Trío para flauta, clarinete y fagot Op. 61 núm. 5, compuesto en 1795, es un ejemplo de la claridad formal. Un poco más tarde, en el siglo XIX, apareció la figura de George Onslow, un compositor de ascendencia británica que desarrolló gran parte de su carrera en Francia. Aunque hoy es menos conocido, en su tiempo fue uno de los compositores de música de cámara más admirados. Su Noneto Op. 77, compuesto en 1848 para flauta, oboe, clarinete, corno francés, fagot, violín, viola, violonchelo y contrabajo, ejemplifica el ideal clásico de equilibrio: los motivos musicales se desplazan de un instrumento a otro, generando un diálogo fluido entre ellos.

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