En 1853, un joven pianista llegó al hogar de los Schumann. Ese día sería notable, pues tres grandes de la música se reunieron en el mismo lugar. La mayor concertista de su época, Clara Schumann, lo describió como un maravilloso músico cuya interpretación emocionaba. Y su esposo se encargó de presentarlo al mundo como un genio: “la expresión perfecta de las más altas aspiraciones de nuestro tiempo”.
Johannes Brahms (1833-1897) nació en Hamburgo en un ambiente familiar. Bajo la tutela paterna, aprendió a interpretar algunos instrumentos; sin embargo, fue el piano lo que atrapó en él mayor devoción. Su talento prodigioso se manifestó desde sus primeros pasos. Debutó ante el público a los quince años de edad, y su gran maestría y sólidos conocimientos lo llevaron a destacarse pronto como compositor.
El legado de Brahms sigue cautivando a oyentes y académicos. Se distinguió por expandir los límites de la música, experimentando con formas nuevas y complejas, siempre desde una gran expresividad emocional. El rigor en la elaboración de su música se debió a su gran carácter autocrítico, que no daba lugar a la inspiración espontánea y lo llevó a destruir un vasto porcentaje de lo que escribió.
Adolfo Martínez Palomo, miembro de El Colegio Nacional, coordina el ciclo de conferencias-conciertos Músicos y Medicina, dedicado a grandes compositores para conocer su historia y, con ello, su música. En esta ocasión, rendirá homenaje a la grandiosidad sinfónica de Brahms.
Jueves 18 de julio de 2024, 18:00 hrs.
El Colegio Nacional
Donceles #104, Centro Histórico. Ciudad de México
Evento GRATUITO
Costo de boletos
Evento Gratuito
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