Ópera Nacional de Irlanda
El misterioso barco fantasma del holandés está condenado a surcar los mares hasta que encuentre el amor verdadero en tierra. El joven Senta sueña con el mítico holandés y anhela romper su maldición. Pero la oportunidad de hacerlo solo se presenta cada siete años.
La épica partitura de Wagner para El holandés errante (Der fliegende Holländer) captura brillantemente la vasta escala de la historia, desde la tormentosa obertura hasta la escena final de tragedia y redención. El propio Wagner consideraba esta ópera el verdadero comienzo de su carrera en la década de 1840. ¿Es demasiado simplista ver un vínculo entre las dudas existenciales de Wagner en este período de su vida y la sombría intensidad de la mejor música holandesa? Trabajando en ese momento como exiliado en París, sufriendo innumerables reveses en su lucha por el reconocimiento, Wagner parece, al menos, ser sensible al tema. La primera ópera wagneriana de la Ópera Nacional Irlandesa. Esta producción está dirigida por Rachael Hewer y el director artístico de la Ópera Nacional Irlandesa, Fergus Sheil, dirige la orquesta y el coro. Giselle Allen interpreta a Senta y el barítono Jordan Shanahan, el holandés maldito, destinado a navegar incesantemente por los mares. El bajo James Creswell interpreta a Daland, el padre de Senta; el tenor Toby Spence, Eric; la mezzosoprano Carolyn Dobbin, Mary, la enfermera de Senta; y el tenor Gavan Ring, el timonel.
Fuente: Opera Vision
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