Origen Familiar
Johann van Beethoven dio las primeras clases de música a su hijo mayor Ludwig siendo éste muy niño aún. Recordando el éxito que habían logrado los niños Mozart algunos años antes, el padre de Beethoven se obstinó en sacar provecho de las habilidades de su hijo mientras la edad del pequeño fuese suficientemente tierna como para que constituyese algo inusitado. Aunque la presentación pública de Ludwig como pianista no se realizó sino hasta 1778, se trató de aprovechar al máximo la ocasión haciendo que los anuncios del concierto lo describiesen como “de seis años de edad”. No tardó en convertirse en práctica habitual que Johann restara un año o dos de la edad de su hijo para hacerlo parecer más precoz; Beethoven mismo, durante muchos años, siguió creyendo que había nacido en 1772.
En realidad, Ludwig van Beethoven nació el 15 o el 16 de diciembre de 1770, en Bonn. La ascendencia de su familia sigue siendo bastante oscura. Era de origen flamenco, y la escasa información de que disponemos nos sugiere que eran comerciantes y artesanos (el prefijo holandés “van” no tiene las mismas implicaciones de nobleza que el “von” alemán, y originalmente sólo indicaba que quien lo llevaba era propietario de un pedazo de tierra).
En 1733, Louis van Beethoven, abuelo del compositor, se estableció en Bonn, ciudad que desde el siglo XII había sido sede de los arzobispos-electores de Colonia (llamados electores porque ellos y otros señores eclesiásticos y laicos eran responsables de la elección del sacro emperador romano).
A principios del siglo XVIII el elector José Clemente fundó una capilla musical que su sucesor agrandó y mejoró. En aquella capilla fue que Louis van Beethoven obtuvo empleo como cantante de bajo. Se casó con una alemana, María Josepha Poll, pero ésta se entregó a la bebida de tal manera que fue necesario recluirla.
Es de suponer que de ella haya heredado su hijo Johann la misma debilidad. Johann era cantante como Louis, pero tenor; trabajaba en la misma capilla, y aumentaba sus ingresos dando clases de violín y de clavicordio. En 1767 casó con María Magdalena Keverich, hija de un cocinero; su matrimonio contrarió bastante la voluntad de su padre, quien consideraba que su hijo estaba desposando a una inferior social. Sin embargo, al poco tiempo María Magdalena se había convertido en el apoyo principal de la familia Beethoven, ya que Johann resultó ser hombre disoluto a quien lo que más interesaba era la bebida y la explotación del talento musical de su hijo mayor. Tres hijos del matrimonio sobrevivieron la niñez; Ludwig, Kaspar Karl, nacido en 1774, y Nicolaus Johann, nacido en 1776.
Instrucción inicial
Beethoven aprendió en poco tiempo todo lo que su padre era capaz de enseñarle. Posiblemente van der Eede, el anciano organista de la corte le dio algunas clases, y posiblemente también lo hizo Tobías Friedrich Pfeiffer, buen músico, pero uno de los compañeros de juerga de Johann van Beethoven. De regreso de sus borracheras Pfeiffer y Beethoven padre sacaban a Ludwig de la cama para darle clases, sin importarles la hora de la madrugada.
La música ocupaba el tiempo del niño a grado tal que su educación escolar se vio postergada. Pudo asistir a varias escuelas primarias, entre ellas la Tirocinium, que preparaba alumnos para secundaria, pero en vez de ingresar a ésta a los once años, como era lo normal, Beethoven abandonó totalmente sus estudios.
Al Beethoven de esa época lo describen como “un muchacho tímido y taciturno, consecuencia inevitable de la vida tan apartada que lleva; más observador y reflexivo que hablador, y dispuesto a abandonarse totalmente a las sensaciones que le despiertan la música (y posteriormente), la poesía y las imágenes creadas por su fantasía”.
Una vez abandonados sus estudios, Ludwig comenzó a tomar clases con el más importante de sus profesores, Christian Gottlob Neefe, músico que habla llegado a Bonn en 1779 como director musical de una compañía de teatro, y que posteriormente habla sido designado organista de la corte, Neefe proporcionó un consumado entrenamiento musical a su alumno, enseñándole especialmente a tocar “el clavecín bien temperado” de Bach.
En 1793 Beethoven agradeció la influencia de su maestro, escribiendo a Neefe: “Si llego a ser un gran hombre, a usted corresponderá parte del mérito por ello”.
Primeros pasos
Cuando en 1782 Neefe se ausentó al extranjero, Beethoven, quien entonces sólo contaba once años y medio, lo sustituyó como organista de la corte. Al año siguiente fungió de clavicembalista de la orquesta, cargo de extrema responsabilidad porque el clavicembalista guiaba el trabajo de la orquesta a la vez que tocaba siguiendo con la vista la partitura.
Ese trabajo facilitó a Beethoven la oportunidad de poner en práctica sus lecciones, al mismo tiempo que su estancia en el teatro le sirvió para familiarizarse con las óperas populares de la época. Pero su trabajo no obtuvo reconocimiento oficial sino hasta 1784, año en que fue designado organista asistente de la corte con un salario de 100 táleros anuales. Para esa época Beethoven ya había adquirido gran pericia en las improvisaciones, lo que le formó una reputación en Viena.
En 1785, en una ocasión que estaba acompañando al cantante Ferdinad Heller, le pidió permiso para intentar desafinarlo y Heller se lo otorgó porque consideraba imposible que un ejecutante tan joven lo pudiese lograr; empero, poco tardó en descubrir lo equivocado que estaba, ya que el acompañamiento de Beethoven se hizo tan complicado que a Heller le fue imposible encontrar las notas finales.
Fuente: Los grandes maestros de la música clásica. Ediciones Fratelli Fabbri
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