Inicio de temporada: Turandot en el Auditorio Nacional

por José Antonio Palafox El pasado 12 de octubre iniciaron las transmisiones Live in HD del Met de Nueva York con la proyección de Turandot, […]

Por Jose Antonio Palafox En octubre 14, 2019

por José Antonio Palafox

El pasado 12 de octubre iniciaron las transmisiones Live in HD del Met de Nueva York con la proyección de Turandot, última ópera del compositor italiano Giacomo Puccini (1858-1924).

El nutrido grupo de espectadores que se dio cita en el Auditorio Nacional para deleitarse con la deslumbrante puesta en escena de esta apasionante ópera fue testigo de una función donde hubo varias cosas a destacar, empezando por la interesante lectura que Yannick Nézet-Séguin hizo de la exuberante partitura de Puccini. Sabido es que la orquesta del Met es de primerísimo nivel y posee una admirable adaptabilidad, y Nézet-Séguin, su actual director titular, supo aprovechar esto al máximo para sumergirse en una profunda exploración del intrincado entramado sonoro propuesto por la partitura de Puccini. Desde el poderoso estallido orquestal inicial hasta el apoteósico final, Turandot es una ópera que exige al director no solo un sabio equilibrio entre vigor y sutileza, sino también una constante firmeza para que la creciente tensión no se desmorone, y el siempre sonriente Yannick Nézet-Séguin no solo lo consiguió con creces y sin perder en ningún momento la claridad interpretativa, sino que también se dedicó a resaltar las minucias sonoras que enriquecen la complejidad psicológica de los personajes, con lo que —en conjunto— consiguió dar un brillo muy particular y personal a la obra.

Giacomo Puccini: In questa reggia (Turandot) / Christine Goerke (Turandot) y la Orquesta del Met, dirige Yannick Nézet-Séguin

El reparto no se quedó atrás en cuanto a inspiración y calidad, empezando por la soprano dramática Christine Goerke, quien encarnó espléndidamente a la cruel princesa Turandot. Desde la intimidante aria In questa reggia con que, en el segundo acto, da inicio a su participación vocal, la Turandot de Goerke sobresalió por el duro tono y la apabullante intensidad de su voz, sobre todo en las notas sostenidas, además de por la vacilante calidez que supo imprimir al brevísimo momento en que —después de que Calàf resuelve los tres acertijos— muestra vulnerabilidad. Actoralmente, su gesto altivo y fría mirada quedarán en la memoria del público por bastante tiempo. Por su parte, el tenor Yusif Eyvazov dio vida con vigor y corrección a un apasionado e impulsivo príncipe Calàf. Aunque para nuestro gusto a su voz le falta cuerpo, lo cierto es que es potente, remonta los agudos con habilidad y en ningún momento se deja apagar ni por la orquesta, ni por el coro ni por los demás solistas. Sin embargo, su interpretación de la esperadísima aria Nessun dorma en el tercer acto fue correcta a secas, y no justificó de ninguna manera el abrupto silencio que le regaló la orquesta para que el público se deshiciera en aplausos y se desgañitara pidiendo encore, porque lo cierto es que los aplausos fueron bastante tibios y nadie pidió bis. Tal vez temeroso de Anna Netrebko, la Turandot que lo espera en casa, Eyvazov lució una expresión de preocupación y desamparo que no lo abandonó en ningún momento. Completaron brillantemente el elenco la soprano Eleonora Buratto como la esclava Liú y el veterano bajo barítono James Morris como Timur, padre de Calàf. De frágil presencia y con una adorable expresión que realmente transmitía un callado amor por Calàf, la Liú de Buratto fue de menos a más. Si bien al principio fue notorio el esfuerzo que hacía para no quedarse atrás en cuanto a magnitud vocal, para su escena cumbre en el tercer acto ya se encontraba en plena forma, asombrándonos con una exquisita interpretación de Tu che di gel sei cinta, su última aria. Grave y digno, el Timur de James Morris nos partió el corazón cuando, con las más dulces súplicas, intenta hacer que Liú despierte del sueño eterno.

Giacomo Puccini: Nessun dorma (Turandot) / Yusif Eyvazov (Calàf) y la Orquesta del Met, dirige Yannick Nézet-Séguin

Para terminar, el coro del Met —como ese su costumbre— lució y se escuchó magnífico en las abundantes escenas donde participa, desplazándose de un lado a otro del escenario con fastuosos y coloridos vestuarios que agregaron, si es posible, aún más majestuosidad a los impresionantes escenarios diseñados por el cineasta y productor operístico Franco Zeffirelli, a quien estuvo dedicada in memoriam esta representación. Y es que, además de espectacular, este inicio de temporada resultó emotivo porque en él se rindió homenaje a tres figuras del mundo operístico que fallecieron en el transcurso de este año: el ya mencionado Franco Zeffirelli (creador de varias de las puestas en escena consideradas ya clásicas dentro del repertorio del Met, entre ellas esta Turandot), la soprano afroamericana Jessey Norman y el tenor italiano Marcello Giordani (quien cantó en más de 170 representaciones del Met).

Al final, el público se retiró del Auditorio Nacional visiblemente complacido y emocionado, y por todos lados podían escucharse personas tarareando o silbando discretamente la inconfundible melodía del Nessun dorma. A 93 años de su estreno, Turandot sigue despertando una pasión que pocas óperas a lo largo de la historia han conseguido despertar.

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