En algún momento, un amigo y admirador propuso que el epitafio más apropiado para Ignacio Toscano sería:
“Nunca tuvo título, trabajó como ingeniero que construía puentes entre los artistas y el público. Fue un gran creador de sueños”.
Originario de Oaxaca, Ignacio “Nacho” Toscano falleció el 7 de enero. Melómano irreprimible, fue un promotor infatigable de la música y trabajó con inteligencia y entusiasmo en su difusión y educación. Ocupó diversos puestos de importancia en instituciones culturales públicas y privadas desde los cuales pudo efectivamente llevar sus ideas y sueños a feliz realización. Deja un historial memorable de festivales de música, conciertos, clases magistrales, representaciones operísticas y programas de educación y perfeccionamiento musical.
Conversador fascinante, afamado bailarín, amigo entrañable, Nacho Toscano será recordado por sus valiosas y ejemplares aportaciones al desarrollo de la vida musical de México.
Música en México
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