Compositor austriaco, discípulo de Sechter, organista de la catedral de Linz a partir de 1856; miembro de la facultad del Conservatorio de Viena desde 1868 y de la universidad de Viena desde 1875. Gran admirador de Richard Wagner, lo visitó varias veces en Bayreuth. Compuso 9 sinfonías, un Requiem, un Te Deum, varias misas y obras corales sacras, un quinteto para piano y piezas para órgano. Según Howard Goodhall, “mientras que Brahms se mantuvo sereno frente a la marea wagneriana, no así su colega sinfonista Anton Bruckner, que reflejó de manera diversa en sus increíblemente largas nueve sinfonías, su adoración por el hombre al que llamaba de manera natural ‘El maestro’. La tercera Sinfonía de Bruckner, de 1873, estaba dedicada a Wagner y en su primera versión contenía citas melódicas de las óperas de su ídolo. Su Séptima Sinfonía fue estrenada en un concierto en memoria de Wagner en diciembre de 1884, al tener su segundo movimiento, Adagio, la forma de lamento funerario por Wagner”. En ciertos momentos, su música fue criticada y rechazada por los admiradores de Brahms y Wagner pero gradualmente encontró su sitio dentro de la gran tradición sinfonista. Brucker fue objeto de sorna durante su vida: su carácter humilde y religioso, ha sido mal representado por sus críticos como el de un hombre torpe, ingenuo, provinciano. En efecto, su fe religiosa está en el fondo de toda su obra pero el creador de esas inmensas sinfonías de enorme complejidad estructural era todo menos que un simplón. Empezó a componer tarde porque quería dominar su técnica y el reconocimiento le llegó tardíamente. Al ser etiquetadas como “wagnerianas” , sus sinfonías fueron consideradas como monstruos elefantinos, pero hoy se reconoce que siguen la tradición de la última sinfonía de Schubert y son admiradas por la combinación de un esplendor contrapuntístico, belleza melódica intensa, y grandeza (mas no extravagancia) orquestal. Sus misas también están escritas a escala sinfónica y son igualmente espléndidas. En toda su música sacra de madurez, existe la luminosidad de un auténtico y devoto creyente y la destreza técnica de un compositor cuya maestría de la polifonía vocal parte de un íntimo conocimiento de Palestrina y su escuela.
Fuente: The Oxford Dictionary of Music, Oxford U. Press, 2013
La Sinfonía no. 7 de Bruckner será interpretada por la OFUNAM, el sábado 28 (20:00h) y domingo 29 (12:00h) de febrero, en la Sala Nezahualcóyotl, bajo la dirección de Sylvain Gasancon. El programa inicia con la Obertura de Don Giovanni, de W.A. Mozart.
Comentarios