En sus más recientes presentaciones en España, los tenores Arturo Chacón-Cruz, en Barcelona y Javier Camarena en Zaragoza, fueron aclamados por el público y la crítica:
- Arturo Chacón-Cruz: Por su interpretación del papel titular en la ópera Los cuentos de Hoffman, de Offenbach, en el Gran Teatro del Liceu, de Barcelona; escribe Gonzalo Lahoz, en Platea:
“…batuta y escena sirven de lugar idóneo para las voces reunidas en el segundo cast compacto y homogéneo, de notables resultados. Como protagonista, el tenor Arturo Chacón-Cruz, que gana enteros gracias a su comunicatividad, a su fraseo ardoroso, a su registro medio y a su teatralizado Hoffman, muy bien delineado en lo dramático”.
- Javier Camarena y Ángel Rodríguez, recital en el Auditorio de Zaragoza; por Alejandro Martínez, en Platea:
“Hace algunos meses, a mediados del pasado noviembre, Camarena comunicó a sus seguidores una leve dolencia, apenas un hematoma, que lastraba una de sus cuerdas vocales hasta el punto de obligarle a guardar un forzoso reposo. Esta gira por España, que arrancó el pasado 19 de enero en el Teatro Real de Madrid, suponía así no solo el reencuentro de Camarena con su público tras un año de pandemia sino que era, de facto, su vuelta a los escenarios tras el citado parón para rehabilitar su instrumento. Pude escuchar también ese concierto de Madrid y lo cierto es que este de Zaragoza, el último ya de la serie, ha sido con mucho el que mejor compendia la realidad vocal del tenor mexicano a estas alturas. Dicho con pocas palabras: es el de siempre, el de antes, el que nos lleva encandilando ya desde hace quince años, tantos como dura ya su carrera profesional.
Camarena sonó sumamente seguro, desahogado, sin roce alguno, sin titubeos, confiado en suma, gustándose en el fraseo, recreándose en el agudo y abundando en esa natural cercanía con el público que es la base de su expresividad. El recital fue un variado y amplio repaso por géneros y estilos bien diversos, desde Donizetti -precioso ‘Seul sur la terre’ de Dom Sébastien, roi de Portugal– a Lalo pasando por Delibes, en los que el tenor mexicano se mostró siempre resuelto y virtuoso. Camarena se estrenó aquí por cierto con ‘Prendre le dessin d´un bijou’ de Lakmé, una partitura que tenía previsto debutar en Berlín, aunque la pandemia parece que lo impedirá finalmente.
Un programa engañosamente liviano y en realidad muy exigente. Quizá menos popular de lo acostumbrado por Camarena en veladas semejantes, años atrás, pero no todo va a ser La fille du régiment. Bienvenida sea la variedad. Y sobre todo las novedades como el citado fragmento de Lakmé, tan bien recreado en esta ocasión. Ya en el tercio final del concierto, Camarena sonó realmente poético y vaporoso prestando su voz a las canciones napolitanas. Además del programa previsto, escuchamos también algunas canciones populares como el célebre ‘Ay, Ay, Ay’ de Osmán Pérez que Miguel Fleta convirtió en leyenda y a cuya memoria tributó Camarena su interpretación. Desde la humildad, la relación entre Camarena y su pianista Ángel Rodríguez es un vínculo entre iguales. Ambos engrandecen su arte. Y no en vano, Camarena quiso depararle un instante de lucimiento, interpretando Rodríguez al piano el tema central de Los paraguas de Cherburgo. Decía Camarena que es un gusto volverse a reencontrar con el público, en una sala, compartiendo música en vivo. Pero créeme, querido Javier, el gusto es nuestro”.
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