Don Carlos en el Met

El Met de Nueva York estrena Don Carlos de Giuseppe Verdi, en la que por primera vez presentará este clásico en su versión original de cinco actos en francés.

Por Música en México Última Modificación marzo 24, 2022

Considerada una de las grandes óperas de todos los tiempos por su majestuosa escenografía, numeroso elenco, ostentoso vestuario y trama histórica, el Met de Nueva York estrena una nueva producción de Don Carlos de Giuseppe Verdi (1813-1901), en la que por primera vez presentará este clásico en su versión original de cinco actos en francés. Sir David McVicar está al frente de esta producción, que será su montaje número 11 en la casa de ópera estadounidense, cifra que lo ubica como uno de los directores de escena más prolíficos y populares en la memoria reciente del Met. Yannick Nézet-Séguin estará en el podio y el elenco está integrado por Sonya Yoncheva (Élisabeth de Valois), Jamie Barton (Eboli), Matthew Polenzani (Don Carlos), Etienne Dupuis (Rodrigue), Eric Owens (Felipe II) y John Relyea (Gran Inquisidor).

El estreno mundial de esta obra sucedió en 1867 en el entonces Teatro Imperial de Ópera, ahora Ópera de París, donde Verdi mostró el trabajo más ambicioso y largo de su repertorio, clasificado como grand opéra, subgénero de ópera francesa definido por abordar temas históricos y sus imponentes elementos: producción majestuosa, abundancia de personajes, orquesta enorme, escenografía fastuosa, vestuario suntuoso, efectos escénicos espectaculares, partituras sobresalientes y arias intensas.

Don Carlos cuenta con más de 200 representaciones en el Met de Nueva York, la mayoría realizadas a partir de la traducción más común en italiano como Don Carlo, a veces reducida a cuatro actos. Para esta temporada 2021-2022, el director de orquesta y director musical de la casa de ópera, Yannick Nézet-Séguin, la retoma no sólo en francés, su idioma original, sino también respetando la composición completa de Verdi, que consta de cinco actos y una duración de cinco horas.

Ambientada en España durante la época oscura de la Santa Inquisición, gracias al trabajo del director de iluminación Adam Silverman y el escenógrafo Charles Edwards, la producción a cargo de David McVicar crea ambientes sombríos a través del despliegue de enormes muros que se alzan por lo alto del escenario y cuya estructura asemeja a una cripta. Jay Goodwin, director editorial del Met, explica que en Don Carlos, Verdi libra una guerra de ideas, enfrentando sus propios ideales humanistas contra una unión profana de Iglesia y Estado. El Met ofrece ahora una nueva producción de esta obra maestra innovadora y compleja, en la que el director musical Yannick Nézet-Séguin lidera un elenco imbatible en una puesta en escena que aprovecha la oscuridad y la desesperación de un pueblo asfixiado por la tiranía, así como la conmoción de su desesperada pero heroica lucha por la libertad. Es una obra de gran ambición y amplio alcance, afirma Goodwin, “Don Carlos de Verdi es muchas cosas a la vez: un drama político, un manifiesto ideológico, un gran espectáculo, una historia íntima de amor frustrado, una crónica de luchas familiares, una meditación sobre la muerte y la naturaleza del más allá”, y explica que para cualquier compañía de ópera que desee llevarla con éxito al escenario presenta desafíos multifacéticos similares, no sólo por sus monumentales demandas en cuanto a la producción, sino también por su exigencia de un mínimo de seis cantantes de primer nivel y la importancia de considerar el catálogo complejo de versiones y revisiones que se han hecho desde su estreno. Sin embargo, de acuerdo con Goodwin, una vez que se superan estos obstáculos Verdi recompensa el esfuerzo uniendo los hilos dramáticos y musicales en una de las exploraciones más profundas de la naturaleza humana que se encuentran en cualquier parte del repertorio.

Particularmente emocionado por este estreno tardío del Met, el director musical Yannick Nézet-Séguin cuenta que buscó llevar la versión francesa de Don Carlos a esta casa de ópera desde que la dirigió por primera vez ahí en italiano hace más de 10 años. “La ópera fue compuesta en francés y eso es evidente en la forma en que las palabras se conectan con las notas y las melodías”, explica. Para David McVicar, quien está a cargo de la nueva puesta en escena, escribir en francés cambió la forma en que Verdi componía: “Cuando haces la versión francesa, te lanzas a la concepción original de la pieza como una gran ópera francesa, que es una bestia muy diferente de una ópera italiana”.

Basada en una obra de teatro de Friedrich von Schiller (1759-1805), Don Carlos está ambientada en la España del siglo XVI, una tierra que tiembla bajo el férreo gobierno de Felipe II y el terror teocrático de la Santa Inquisición. Además del propio Felipe, los personajes principales son todos miembros de la corte, a quienes la acción sigue mientras se engañan, amenazan, conspiran y traman unos contra otros intrigas individuales que se yuxtaponen con los asuntos más importantes de la sociedad y el arte de gobernar. Muchas de las óperas de Verdi muestran este doble enfoque en los asuntos públicos y privados, pero en ninguna parte llega tan lejos como en Don Carlos. En la historia, Don Carlos, el príncipe de España, se enamora de Élisabeth, hija del rey de Francia. Esta unión podría ponerle fin al periodo bélico entre ambas naciones, pero finalmente el matrimonio que se lleva a cabo es el de Felipe II, padre de Don Carlos, y la joven francesa, lo que provoca un enfrentamiento político y religioso entre padre e hijo. Los personajes son avatares de ideas y principios, convirtiendo las disputas domésticas en una representación de la batalla entre los valores liberales del humanismo y la libertad de Schiller y Verdi por un lado, y las tiranías gemelas del gobierno autoritario y el dogma religioso por el otro.

“Felipe, mano a mano con la Iglesia, ha creado una dictadura de pensamiento y un imperio del miedo, un imperio gobernado por la muerte”, dice el director David McVicar, explicando el concepto central de la ópera y de su producción. “El escenógrafo Charles Edwards y yo investigamos mucho sobre catacumbas y osarios porque queríamos atrapar a todos los personajes en un mundo casi sin luz solar y hacer de la muerte un tema siempre presente en cada imagen visual”. Esta misma visión se traslada al predominio de los tonos negros en el vestuario, diseñado por Brigitte Reiffenstuel, lo que significa “el acercamiento de la muerte, que hay gusanos royendo el corazón de este imperio”, describe David McVicar.

En el papel de Élisabeth de Valois estará la soprano Sonya Yoncheva, una de las cantantes más aclamadas de su generación y que se ha presentado en diversas ocasiones en el Met desde su debut en 2013 como Gilda en Rigoletto de Verdi. La soprano de origen búlgaro domina un extenso repertorio que incluye obras de Mozart, Verdi, Tchaikovsky y Puccini. La mundialmente reconocida Jamie Barton interpreta a Eboli. La mezzosoprano y activista estadounidense ha participado en las casas de ópera más importantes, como el Teatro Real de Madrid, la Houston Grand Opera, la Ópera Nacional de Washington, la Ópera Alemana de Berlín y la Royal Opera House. También fue laureada con el Premio Beverly Sills (2017), el Premio Richard Tucker (2015) y ganó dos veces el Premio Internacional de Ópera (2014-2020/21). Don Carlos será interpretado por Matthew Polenzani quien se ha presentado desde 1997 en el Met de Nueva York. Su amplio repertorio abarca más de 30 óperas, entre las que incluye mayormente composiciones de Donizetti y Mozart. Además de Don Carlos, en esta temporada el tenor estadounidense participó en La flauta mágica como Tamino. En 2008 recibió el Premio Beverly Sills. Rodrigue estará representado por el barítono Etienne Dupuis, quien debutó en 2018 en el Met como Marcello en la ópera La bohème de Giacomo Puccini. Además de su aparición en el teatro estadounidense, el cantante originario de Montreal, Canadá, se ha presentado en las principales casas de ópera en el mundo como la Royal Opera House, la Ópera Nacional de París, la Ópera Alemana de Berlín y el Teatro Real de Madrid. Felipe II será interpretado por Eric Owens, bajo barítono estadounidense reconocido por su flexibilidad interpretativa, debido a su capacidad para abordar obras clásicas y contemporáneas con su amplio rango vocal. Entre los diversos reconocimientos que ha obtenido se encuentran el Marian Anderson Award 2003 y un Grammy en 2012 por Mejor grabación de ópera en la obra de John Adams, Doctor Atomic.

Yannick Nézet-Séguin, el actual director musical del Met de Nueva York, tiene una destacada trayectoria. Ha trabajado con agrupaciones europeas líderes, como la Filarmónica de Berlín, la Filarmónica de Viena, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera y la Orquesta de Cámara de Europa. Cuenta con preseas como la otorgada por la Royal Philharmonic Society (2009), el premio canadiense Denise-Pelletier (2011) y el galardón alemán Echo Klassik (2014). La crítica especializada ovacionó la participación del director de orquesta, tal como se lee en la reseña publicada en Observer: “Yannick Nézet-Séguin, logró que la Orquesta del Met tuviera una interpretación emocionante, cohesiva y rica en color de principio a fin […]. En otras palabras, nunca había escuchado esta orquesta sonar mejor”. Por su parte, Justin Davidson suscribe a través de la revista Vulture: “En el Met, Yannick Nézet-Séguin conduce al elenco a través de un complicado panorama musical con mano segura y sensible para que nada se sienta pasado por alto o sobrecargado”.

Don Carlos se transmitirá en vivo vía satélite en la pantalla gigante del Auditorio Nacional este sábado 26 de marzo.

Fuente: boletín del Auditorio Nacional para En vivo desde el Met de Nueva York

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