Es tradicional que el mundo musical conmemore el nacimiento o fallecimiento de los grandes compositores, ejecutando su música, realizando nuevas puestas en escena de sus óperas y ballets, incluso erigiendo monumentos a su memoria. Pero es menos común conmemorar el aniversario del estreno de alguna composición en particular. Y, sin embargo, eso es lo que está ocurriendo en el presente año con la música para ballet de Igor Stravinsky (1882-1971), La consagración de la primavera a los cien años de su escandaloso y trascendental estreno en París.
Bajo el patrocinio del empresario Serge Diaghilev, dos ballets previos – El pájaro de fuego (1910) y Petruschka (1911) – ya habían colocado a Stravinsky entre los compositores más admirados de la vanguardia parisina: sus ritmos eléctricos, texturas instrumentales novedosas y audaz politonalidad marcaban ya un hito en la creación musical.
El estreno de La consagración de la primavera, el 29 de mayo de 1913, ha sido quizás el mayor escándalo en la historia de la música. Durante su presentación se desató una violenta reacción entre el público – chiflidos, abucheos, gritos, pataleos – mientras que músicos como Ravel (1875 – 1937) y Debussy (1862 – 1918) pedían el apoyo y tolerancia del público. Por lo menos eso dicen las múltiples crónicas de la época que rápidamente se han transformado en leyenda. Todo el mundo sabe que hubo un escándalo pero ¿hubo violencia?, ¿cuándo empezó?, ¿llegó la policía?, ¿fue un enfrentamiento de clases?, ¿qué provocó el escándalo: la música o la danza? Una segunda entrega, en el siguiente número de TIEMPO MUSICAL tratará de dar respuesta a estas preguntas.
Fuente: BBC News Magazine, Gramophone.
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