El día de Navidad de 1870, Wagner sorprendió a su muy querida esposa, Cosima, con una audición privada del Idilio de Sigfrido, escrito especialmente para ella. Sucedió en una villa que habitaban en Suiza.
Esta bella pieza –probablemente la obra orquestal más popular de Wagner– fue escrita y ensayada en secreto como regalo del compositor a su esposa. La interpretaron 15 instrumentistas del prestigioso conjunto Tonhalle Orchester de Zurich, incluyendo al famoso director Hans Richter en la trompeta. Cosima recordaba que “la música empezó a sonar…y qué música. Al finalizar, Richard puso en mis manos la partitura de su felicitación de cumpleaños sinfónica”. Efectivamente era un regalo de cumpleaños porque el 24 de diciembre era el onomástico de Cosima aunque siempre lo festejaba el 25.
Para la pareja, el año 1870 también tenía otro significado especial: después de seis años de vivir una complicada relación, acompañados por tres hijos de producto de este idilio, finalmente se habían casado el 25 de agosto en la iglesia protestante de Lucerna. Fue como poner un sello de respetabilidad a una relación escandalosa. Cosima era hija de Franz Liszt y Wagner la había conocido por vez primera en 1855, durante una visita que hizo al célebre compositor y virtuoso húngaro. En 1860 se enamoraron; el matrimonio de Wagner con Minna Planer estaba en ruinas por las numerosas aventuras extra-maritales del compositor; y Cosima se había casado con Hans von Bülow, músico y gran admirador de Wagner. Cosima y Ricardo empezaron a pasar tiempo juntos y en noviembre de 1863 “con lágrimas y sollozos sellamos nuestra confesión y promesa de pertenecer siempre el uno al otro”, escribió el compositor.
En su forma original de un solo movimiento de aproximadamente 20 minutos, el Idilio fue escrito para cinco instrumentos de aliento, tres metales y quinteto de cuerdas. Wagner tomó temas del acto final de su ópera Sigfrido y también de una canción de cuna alemana. Fuente: BBC Classical Music.
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