Euryanthe de Carl Maria von Weber

Theater an der Wien

Argumento

Como suele ocurrir en la ópera, la fidelidad de las mujeres también se pone a prueba en las historias: en una época medieval y fantástica de caballería, el noble conde Adolar está comprometido con la sensible Euryanthe, que ya ha rechazado al conde Lysiart. Por celos, Lysiart ahora intenta destruir la felicidad de la pareja. Engaña a Adolar, quien no se cansa de ensalzar la pureza y fidelidad de su prometida, para que acepte una apuesta. Sin embargo, Lysiart falla en su intento de seducir a Euryanthe. Así que intenta un truco y forma una alianza con la igualmente celosa Eglantine que sufre a causa de su propio amor no correspondido por Adolar. 

Eglantine logra extraer un secreto familiar vergonzoso de Euryanthe que le habían hecho jurar que nunca revelaría: la hermana enamorada de Adolar, Emma, ​​se suicidó con veneno de un anillo y ahora su fantasma deambula inquieto por los jardines. Su alma no encontrará paz hasta que el anillo del que tomó el trago de la muerte sea humedecido por las lágrimas de la inocencia y el mayor dolor. Este anillo, sacado de la tumba de Emma, ​​se convierte en el corpus delicti y hace que Adolar crea que Euryanthe se lo había confiado a Lysiart, junto con su secreto, en una noche de pasión. En presencia de la desprevenida Euryanthe, la apuesta se ejecuta ante toda la corte: Adolar pierde sus tierras, su fortuna y su novia. Él repudia públicamente a Euryanthe, que se queda sin habla por el horror y el desconcierto.

Su incapacidad para defenderse se toma como prueba de su culpa y Adolar la destierra al desierto. En el último momento, el rey la descubre allí y la salva del hambre. Euryanthe recupera el poder del habla y ahora revela todo el alcance de la conspiración que vio después de pensar mucho en el bosque. Justo cuando Eglantine y Lysiart están a punto de casarse, la malvada pareja es golpeada por la venganza del destino: Eglantine pierde la cabeza y lo revela todo. Adolar ahora es presa de un profundo remordimiento. El rey entonces convoca a Euryanthe, a quien Adolar cree muerto, para que se presente ante él. El amante de buen corazón perdona a Adolar la apuesta y sus falsas acusaciones. Los amantes se reencuentran y el alma de Emma también encuentra la paz: las lágrimas de la inocente Euryanthe han humedecido su anillo.