El compositor Manuel Rocha (1963) colgó un acordeón amarillo en una pared de la galería Le Laboratoire para mostrar su último suspiro. El artista sonoro sacó otros instrumentos de la bodega para llevarlos a otro limbo: el representativo. Así armó Entre, con instrumentos como guitarras, un piano o un acordeón descompuestos, los cuales transformó en instalaciones sonoras. “Los lauderos siempre dicen que van a arreglar las guitarras, pero luego no lo hacen y solo las acumulan. No las tiran porque de alguna manera no quieren que se mueran”, señala Rocha. Esa aprensión con los instrumentos fue lo que llevó al artista y compositor a realizar una “destrucción positiva”, como le llama, arguyendo al término nietzscheano.
La otra línea de trabajo es el dibujo, disciplina en la que incursionó por primera vez hace dos años, y trazos sónicos, que son composiciones libres que grabó mientras dibujaba. El sábado 1º. de octubre se presentó un concierto de Willy Terrazas y Alejandro Tello con una composición inédita suya. Además habrá improvisación.
La cita es en Le Laboratoire, Vicente Suárez 69, interior 2, esq. con Cuernavaca. La exposición permanecerá hasta el 15 de octubre.
Fuente: Lourdes Zambrano, en Reforma.
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