Un artículo en la revista BBCmusic informa que la violinista aficionada Dagmar Turner ingresó a un hospital para que le fuera extirpado un tumor cerebral. Se le solicitó que en el transcurso de la operación tocara su instrumento para que los cirujanos no dañaran las secciones de su cerebro que controlan los movimientos de la mano. La insólita petición fue difundida ampliamente por los medios aunque no era la primera ocasión en que la música y la cirugía han compartido una sala de operaciones.
En el siglo 18, el compositor francés Marin Marais (1656-1728) vertió en una pieza para viola la experiencia vivida bajo el bisturí de un cirujano.
En 2014, la violinista israelí Naomi Elishur, al igual que su colega Dagmar Turner, tocó su violín durante una operación quirúrgica similar.
En 2015, en Málaga, al saxofonista Carlos Aguilera le pidieron tocar su instrumento durante una cirugía de 12 horas para extirpar un tumor cerebral.
En 2019, durante una operación parecida, el tenor Ambroz Bajec-Lapagne cantó selecciones del ciclo Viaje de invierno, de Schubert.
Los músicos citados seguramente estarían de acuerdo con la investigación realizada en 2012 por el hospital John Radcliffe, de Oxford, que mostró que los pacientes sometidos a cirugía con anestesia local se relajan más si están escuchando música clásica. Otras pruebas realizadas en Dundee, Escocia, el año pasado revelaron que la música clásica ayuda a los cirujanos a operar con mayor eficiencia.
Fuente: BBCMusic, abril 2020.
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