Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt, dirige Jaime Martín
Un día como hoy, 28 de febrero, pero de 1920, fue estrenada en París la versión orquestal de la gran obra de Maurice Ravel, Le tombeau de Couperin.
Los cuatro movimientos de esta suite son Prélude, Forlane (que tiene la relación más directa con la música de Couperin), Menuet y Rigaudon. La versión para orquesta, que siguió a la original para piano de 1914, fue interpretada por primera vez por la Orquesta Pasdeloup, con la dirección de Rhené-Baton. Roland Manuel escribió: “Esta metamorfosis de piezas de piano en obras sinfónicas fue un juego para Ravel, un juego jugado a la perfección, de modo que la transcripción superó a la original … Es una obra de extrema economía”.
El enérgico Prélude se mueve con gracia en un movimiento perpetuo, con semicorcheas agrupadas en tresillos. Fue dedicada a la memoria del teniente Jacques Charlot. El Forlane está dedicado a la memoria del teniente Gabriel DeLuc. Se basa en un passamezzo veneciano, que se dice que fue popular entre los gondoleros en el siglo XVII. Está escrito en 6/8 y en general mantiene un estado de ánimo alegre y brillante. El Menuet está dedicado a la memoria de Jean Dreyfus, el hijastro de uno de los amigos de Ravel. Esta sección conserva la majestuosidad del minueto barroco, ahora coloreados con toques de melancolía. El último y vivaz Rigaudon está dedicado a los hermanos Pierre y Pascal Gaudin, que murieron el primer día en servicio en el frente en el año 1914. La danza, en cuatro metros dobles, se originó en la Provenza en el siglo XVII. Se caracterizó por pasos saltados y se hizo muy popular en las cortes francesas. El título se ha atribuido al inventor Rigaud, un maestro de baile francés de Marsella.
Gerard McBurney, compositor y musicólogo, ha explicado la combinación aparentemente contradictoria de la guerra y el comportamiento de la música de Ravel diciendo: “Le Tombeau no habla directamente sobre la guerra; habla de valores eternos: habla de belleza y elegancia, de las cosas que queremos preservar … es decir, lo contrario de la guerra ”.
Fuente: Marianne Williams Tobias para la Orquesta Sinfónica de Indianápolis
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