Stephan Wolke, guitarra
El compositor italiano Mario Castelnuovo-Tedesco (1895-1968) está considerado como uno de los más grandes compositores de guitarra del siglo XX y también escribió partituras para unas doscientas películas de la Metro-Goldwyn-Mayer tras emigrar a Estados Unidos en 1939. Escribió su Capriccio diabolico como homenaje a Niccolò Paganini. Fue estrenado por Andrés Segovia, a quien dedicó la obra, en el Teatro de la Comedia de Madrid en 1935. Basada en una tarantela italiana, la obra recoge todos los elementos por los que recordamos a Paganini: su fuerza, su expresividad y, sobre todo, su técnica.
Paganini es más conocido como un consumado virtuoso del violín. Fue el violinista más famoso de su época, pero además del violín, también fue violista y guitarrista. La composición completó sus logros musicales. Su forma de tocar la guitarra, aunque se reconoce que está al nivel de su forma de tocar el violín, se reservó para su época. Decía que la guitarra era su “compañera constante” cuando viajaba por Europa en sus giras de conciertos.
Muchas de las obras para guitarra de Paganini fueron escritas después de la publicación de los quintetos para guitarra de Boccherini. Sus obras, tanto para el violín como para la guitarra, ampliaron en gran medida el timbre esperado del instrumento y su escritura fue técnicamente creativa. En sus conciertos, tocaba sus propias obras, muchas de las cuales forzaban la técnica normal del violín, incluyendo el uso de armónicos y el pizzicato de la mano izquierda, que había recogido de compositores anteriores como Locatelli.
Fuente: intelude.hk
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