Las extraordinarias experiencias de Francisco Araiza
-¿Has olvidado alguna vez tu parte?
“Si, fue como Tamino en La flauta mágica. Hay una sección en la cual se tiene un diálogo con los geniecillos, interpretados por niños. Se me fue la entrada y omití toda mi parte. Resultado: tuve que aguantar una buena regañada”.
-¿Ha cambiado tu voz con la experiencia?
“Oscureció bastante, se redondeó. Perdí ligereza y coloratura; adquirí volumen”
-Y tú, ¿te has transformado?
“He pensado bastante en lo que me preguntas. Creo que me he vuelto más duro, frío y calculador. Es cosa de sistema En mi trabajo tengo que andar con pies de plomo”.
Miembro de la Opera de Karlsruhe, Paco está ahora en el más alto nivel de sueldos del elenco y canta exclusivamente primeros papeles. Ha superado ya la etapa inicial de penurias. Y, aunque él dice lo contrario, la verdad es que su personalidad es positiva. Su actitud profesional lo ha ayudado a cimentar sus valores, lo que lo encamina a la madurez. Su estipendio en Zurich es mucho mayor y después de cantar 35 funciones recibe sueldo de artista huésped. Es decir, tanto en lo personal como en lo artístico y económico, se abre para Francisco Araiza un futuro prometedor.
En sus ratos libres Paco sale a recorrer el campo en bicicleta, Le gusta caminar y nadar. En Karlsruhe está ocupado cerca de once meses al año. Luego, en sus seis semanas de vacaciones, tiene que poner un nuevo papel.
-¿Cuáles son tus metas?</br>
“Quiero que mi familia esté bien, dar alegría a las gentes que amo y llegar al punto máximo en que se pueda reconocer que estoy aún en posibilidades de ofrecer algo. No he triunfado aún, más creo que voy en buena dirección”.
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Cuando realicé esta entrevista-en julio de 1976, publicada en la revista Siete, Paco estaba en México de vacaciones. Llevábamos muchos años de una entrañable amistad y siempre nos frecuentamos. Venía a México a visitar a su familia y estudiaba el papel de Almaviva. Me acompañó un día a visitar a la mezzo-soprano más famosa del mundo, la incomparable Marilyn Horne, que se hallaba entre nosotros para intervenir en la temporada de la Filarmónica de las Américas. Curiosamente, en la charla, nos enteramos que la diva había tenido que pasar por dificultades semejantes a las que habían atormentado al tenor mexicano hacía muy poco tiempo. Conocimos el lado humano de la gran artista. Marilyn le dio consejos de valor incalculable y luego, tras escucharle en privado arias de Mozart y Donizetti, sugirió y comentó de modo tal que cuanto dijo resultó de genuino valor. Gran persona Marilyn Horne con espléndido sentido del humor y profunda calidad humana. Raro es constatar el interés de un artista por otro, pero en el caso de la diva consagrada y el joven tenor se rompió la regla.
Luego de tres breves semanas Francisco Araiza volvió a Europa. Fue fácil observar que su voz, tanto como su personalidad, se habían desarrollado. Si las penurias de la primera etapa de su carreras internacional no resultaron escasas, al parecer fueron provechosamente asimiladas y acrisoladas por el artista. La proyección de la carrera de Araiza es ahora claramente previsible. Hay en él un futuro como gran artista de calibre internacional. Pero…..lo que siguió es materia de otro relato fascinante.
Ricardo Rondón
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