“Silbatos y flautas, hechos de hueso, se han hallado en muchas cavernas paleolíticas. Un hallazgo particularmente antiguo fue una flauta hecha con hueso de oso, descubierta en una caverna eslovaca en 1995, que data del 41,000 a.C., aproximadamente. Lo que es más importante todavía: en mayo de 2012 un equipo de las universidades de Oxford y Tubinga desenterró unas flautas hechas de marfil de mamut y de huesos de aves en la caverna de Geissenklöterle, en la región del Jura, en Suabia, en el sur de Alemania, que datan, mediante el carbono 14, de entre el 43,000 y el 42,000 a.C., lo cual los convierte en los instrumentos musicales más antiguos hallados.
Serán simples en sus sonidos y limitadas en cuanto a la variedad y, sin embargo, la sección de viento-metal de Duke Ellington y la pobladísima sección de instrumentos de viento-madera de la Filarmónica de Berlín se crearon, algún día, a partir de polvorientos artefactos como estos”.
Fuente: Howard Goodall, Una historia de la música, Antoni Bosch, editor, S.A., Barcelona, 2013.
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