De toutes flours ejemplifica la fascinación de Machaut por las imágenes de las rosas. En este caso, imagina un jardín devastado por la cruel Dama de la Fortuna en el que sólo queda una rosa sobreviviente. El amante teme que esta rosa, una alegoría de su amor, también se deje llevar por las maquinaciones de la engañosa y falsa Dama. Si bien la fortuna es independiente de lo bueno y lo malo, y reparte alegría y miseria de manera arbitraria, el amante se niega a creer que el favor de su amada podría haber sido otorgado por Fortuna y no fue un regalo de la naturaleza. La puesta en música es una versión a cuatro voces que se encuentra en un único manuscrito. Que el triplum adicional deba realizarse con el contratenor existente o que fuera pensado como una alternativa es un tema de debate; no obstante, la versión a cuatro voces parece capturar la complejidad tanto del capricho de Fortuna como el estado de ánimo del amante.
Fuente: Tamsyn Mahoney-Steel para Hyperion Records
Ensamble Ars Nova Copenhagen
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