Por: Ricardo Rondón
El talento excepcional, la capacidad de madurar sus interpretaciones y un repertorio en general idóneo para su timbre de tenor lírico ha llevado a Ramón Vargas a escalar los retos artísticos más importantes. Su discografía es muy amplia y lo representa admirablemente. No pretendemos incluir todo pero aquí están algunas actuaciones frente al micrófono especialmente felices:
Ramón nació en la ciudad de México en 1960; en 1991 grabó para Claves un excelente recital de arias de Donizetti y Rossini. Su voz fluye maravillosamente en este mundo del bel canto y Marcello Viotti frente a la Orquesta de Cámara Inglesa lo acompañan brillantemente. El Barbero de Sevilla se realizó en Budapest con Will Humburg en el podio.Su Almaviva es espléndido tanto técnica como vocalmente. Todo el elenco ha sido integrado para proyectar una verdadera función y nada huele a estudio de grabación (Naxos). Después de Otello bajo Chung, en donde es un Cassio ideal, vino Falstaff desde el Teatro Alla Scala con Riccardo Muti. Su Fenton es fino, romántico y muestra la gran línea de canto de Vargas. En el ínterin no pudo evitar Canciones de Navidad, un tributo a Agustín Lara y bellas Canciones Italianas. Más importante ha sido el Tancredi de Rossini dirigida por Roberto Abbado (Naxos). Con Riccardo Chailly cantó el role de Narciso en Il Turco in Italia refrendando sus credenciales como un gran rossiniano (Decca). Goyescas de Granados con Antoni Ros Marbá llena un hueco importante en el catálogo pero salvo el famoso Interludio, no es dramáticamente convincente.(Valouis Audivis).
Dos grabaciones completas son indispensables para los coleccionistas y para aplaudir a rabiar a uno de nuestros tenores favoritos: Los Capuletos y los Montescos de Bellini, al lado de Eva Mei y Vesselina Kasarova, es un logro sensacional para esta tragedia lírica llena de buenas melodías y oportunidades de lucimiento (RCA); en Werther de Massenet nuevamente está al lado de Kasarova, una excelente Charlotte y el Duo que cierra el primer acto es inolvidable. Toda la tragedia posterior está manejada sin excesos y el final es una dolorosa explosión de sentimiento. Roberto Abbado es el admirable director del Bellini y lo mismo aplica a Vladimir Jurowski en el Werther. La parte orquestal es básica para subrayar los cambios emocionales y los maneja con naturalidad y control pasional. (RCA). Vino después La Favorite de Donizetti en la versión original en francés. Kasarova nuevamente muestra una afinidad por el bel canto con un timbre que seduce. Vargas muestra que Fernand es un papel posible de cantar sin forzar y juntos recrean una gran época musical. Por mucho es la mejor versión en el catálogo y otra razón para recomendarla es la batuta de Marcello Viotti. Vargas enriqueció los elencos de Alzira bajo Fabio Luisi y hace un Lensky brillante en el Yevgeny Onegin de Tchaikovsky desde el Met. Desgraciadamente la producción – por decirlo de alguna manera – es deficiente pero Ramón comunica sinceramente el dolor y las confusiones de este joven poeta (DG). Pocos conocen La Scala di Seta de Rossini y Brilliant la incluye en su paquete de óperas cortas de Rossini. El solo de Vargas, captado cuando era muy joven es un momento que nos pone la carne de gallina. El tenor navega la difícil línea y la corona con una coloratura increíblemente atractiva y agudos segurísimos.
Ramón Vargas está en absoluta plenitud vocal y sigue actuando en los mejores teatros líricos del mundo, siempre en demanda. Podemos esperar una discografía mucho más profunda y variada. Por lo pronto, aquí está una probadita de lo que más nos agrada. Recomendamos empezar por las arias de bel canto y después las óperas completas que hemos favorecido. Posiblemente Werther sería nuestra primera selección pero nadie nos está obligando a quedarnos con un solo ganador, porque Ramón lo es. Además, es una persona amable, inteligente y buen conversador. ¡Bravo!
Ricardo Rondón
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