Ciclo La ópera es puro cuento… y el ballet también 2018
María es una niña normal, y tiene una afición peculiar: le gusta hablar. Mejor dicho, le encanta hablar. Habla y habla y habla, mañana tarde y noche, a todas horas y en todas partes, habla sin cesar. Hablaba desde que estaba en la panza de su mamá. Habla hasta por los codos… y por la nariz, y por las rodillas. Habla con las piedras, con desconocidos, y habla hasta con los amigos de su hermano Manuel. Un día, en casa de María se acaba el cereal y María y Manuel van al supermercado a comprarlo. Y entonces… entonces una caja de cereal cae sobre la cabeza de María. Y María pierde la voz. ¡Gran preocupación en la familia! Hay que devolverle la voz a María.
Primero, haciéndole cosquillas en la planta de los pies. No funciona. Después, una visita a un doctor. Nada. Más tarde, un visita a un psicólogo que intenta hipnotizarla. Sin resultados. Y luego, un robot con voz para que María hable a través de él. Lo que sigue es visitar a un brujo. Y luego…luego hay que ver y escuchar la ópera para saber a dónde va a parar este complicado asunto.
Este es el argumento de la ópera El día que María perdió la voz, es una adaptación para ópera infantil realizada por Javier Peñalosa, y puesta en escena por Jesusa Rodríguez. La música es de Marcela Rodríguez, la dirección escénica de Jesusa Rodríguez, los elementos visuales están a cargo de Magali Lara , y el rol protagónico de la obra está a cargo de la voz (perdida en supermercado) de Catalina Pereda.
Fuente: La ópera es puro cuento… y el Ballet también
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