Escrito y producido por el alemán Peter Adam (1929-2019) para la ambiciosa serie American Masters —cuyo objetivo desde 1986, año en que se emitió su primer programa, ha sido la difusión de los perfiles biográficos de grandes personalidades que han dejado su huella en el panorama cultural estadounidense—, George Gershwin Remembered (1987) es un espléndido documental que explora la vida y obra del célebre compositor y pianista estadounidense George Gershwin (1898-1937), cuyo talento consiguió fusionar de una manera extraordinaria la música clásica y el jazz, sobre todo en obras como Rhapsody in Blue y Porgy and Bess.
Por medio de entrevistas con colegas, familiares y amigos, entrelazadas con abundantes muestras de sus composiciones, George Gershwin Remembered va construyendo la semblanza de este incansable artista que aprendió a tocar el piano de manera autodidacta. El material de archivo y los recuerdos de Frances Gershwin Godowsky (1906-1999), su hermana, nos transportan al Nueva York de principios del siglo XX, donde el pequeño George aprovechaba la menor oportunidad para aporrear el piano familiar, que originalmente había sido adquirido para su hermano Ira. Luego somos testigos de las primeras lecciones formales de piano, el primer empleo como promotor de canciones de moda y la decisión de emprender carrera como compositor en Broadway, donde colaboró con el letrista Irving Caesar (1895-1996) en obras como La La Lucille (1919) y canciones como Swanee (también de 1919), tema que el entonces ya famoso Al Jolson (1886-1950) incorporó a su repertorio y que se convirtió en el primer gran éxito de Gershwin. Por supuesto, en este documental encontramos también la fascinación de Gershwin por el jazz y la creación de la famosa Rhapsody in Blue (1924), obra con que este género musical entró en los terrenos de la música académica, además de su espléndida labor conjunta con su hermano mayor, el letrista Ira Gershwin (1896-1983), en más de una docena de musicales de Broadway, por ejemplo Lady, Be Good (1924), Oh, Kay! (1926) y Funny Face (1927), el estreno en el Carnegie Hall del Concierto en Fa (1925), el viaje a París para estudiar música y la consecuente asimilación de nuevos temas y estilos en sus composiciones, plasmados en obras como el musical Strike Up the Band (1927) y la pieza orquestal An American in Paris (1928), el desencantado paso como compositor de bandas sonoras, la afición por la pintura como medio para contrarrestar la obsesión por la música, la génesis de la monumental ópera Porgy and Bess (1935) y la recepción que tan audaz trabajo tuvo entre el público y la crítica, la progresiva decadencia a raíz de la aparición del tumor cerebral que lo llevaría a la tumba a los 38 años de edad y, finalmente, su ceremonia fúnebre, que se llevó a cabo simultáneamente en Nueva York (el lugar de su nacimiento) y Los Ángeles (el lugar de su deceso).
Además de las grabaciones de archivo donde encontramos figuras como Paulette Goddard, Ginger Rogers, Judy Garland, Fred Astaire, Gene Kelly, Maurice Ravel y Paul Whiteman, en George Gershwin Remembered aparecen personalidades como el cantante y pianista Michael Feinstein (1956), quien analiza las cualidades únicas de las primeras obras de Gershwin; el periodista británico Edward Jablonski (1922-2004), que habla sobre la fuerza creativa de Gershwin; el director de orquesta Michael Tilson Thomas (1944), que examina la fascinación que la música de Gershwin ejerce sobre el público; la actriz Kitty Carlisle (1910-2007) y la amiga de Gershwin, Mabel Schirmer (1897-1994), quienes rememoran las interpretaciones al piano con que el músico deleitaba a los amigos en las fiestas; la compositora Kay Swift (1897-1993), pareja sentimental de Gershwin durante los últimos años de su vida, quien habla sobre su particular manera de escribir música; el compositor, pianista y director de orquesta Leonard Bernstein (1918-1990), que habla sobre la peculiar facilidad con que se pueden reconocer las obras de Gershwin; la cantante Linda Ronstadt (1946), quien habla del reto que significa interpretar las aparentemente sencillas canciones de Gershwin, y el compositor Virgil Thomson (1896-1989), que se pone un tanto filosófico y analiza el punto de vista de Gershwin sobre la vida, los escenarios y la música.
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