Glass: A Portrait of Philip in Twelve Parts

Glass: A Portrait of Philip in Twelve Parts —título que evoca una obra de Philip Glass llamada Music in Twelve Parts (1971-1974)— es un vistazo íntimo a la vida profesional y personal de uno de los artistas más influyentes de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI.

Por Música en México Última Modificación diciembre 12, 2022

Mejor conocido por los videos musicales que en la primera mitad de la década de 1980 realizó para el grupo de rock INXS y por Shine (1996), biografía del pianista David Helfgott (1947) con la que Geoffrey Rush ganó el Óscar al Mejor Actor, el cineasta australiano Scott Hicks (1953) estrenó en 2007 el espléndido documental Glass: A Portrait of Philip in Twelve Parts para celebrar el cumpleaños número 70 del compositor estadounidense Philip Glass (1937), uno de los padres de la música minimalista.

Comenzado en julio del 2005, Glass: A Portrait of Philip in Twelve Parts —título que evoca una obra de Philip Glass llamada Music in Twelve Parts (1971-1974)— es un vistazo íntimo a la vida profesional y personal de uno de los artistas más influyentes de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI. Scott Hicks dedicó 18 meses a filmar las actividades de Philip Glass dentro y fuera de su entorno profesional, empezando por su visita anual a la montaña rusa Cyclone del parque de diversiones Luna Park en Coney Island y terminando con el estreno mundial de su ópera Waiting for the Barbarians (2005) en el Teatro Erfurt de Alemania. Así, la cámara sigue al músico en su estudio, camerinos, salas de proyección, salas de concierto, salas de grabación y hasta en la sala de su modesto refugio en Nueva Escocia, lejos del mundanal ruido, mientras nos habla de su concepción personal del arte y su técnica compositiva al tiempo que prepara una pizza, juega con sus vástagos, camina por la playa, interrumpe su charla sobre la actividad creativa para recoger los pedazos de un vaso que ha roto su hijo más pequeño, practica tai chi, conversa con amigos, revisa su banda sonora para una película o asiste a los ensayos de su nuevo trabajo. Estos momentos (en los que tenemos la sensación de estar conversando con un viejo conocido que casualmente es un gran artista) están entrelazados con entrevistas a familiares, colaboradores y amigos que nos hablan de su experiencia trabajando con Philip Glass y relatan episodios de la vida del compositor con agudeza y hasta con cierto humor. De este modo nos enteramos, entre otras cosas, de que Philip Glass es desordenado, que tiene sus manías y excentricidades, que su padre murió en un accidente automovilístico, que el cáncer le arrebató a su tercera esposa —la artista multimedia Candy Jernigan (1952-1991)— y que profesa la religión budista.

Dividido en doce partes —cada una centrada en un tema: antecedentes familiares, juventud en Baltimore, formación musical con Nadia Boulanger (1887-1979), inicios con el Philip Glass Ensemble en la escena avant-garde del SoHo neoyorkino o intereses espirituales, por ejemplo—, el documental posee una estructura de mosaico que se vuelve más compleja a medida que se van agregando datos, anécdotas y reflexiones hasta que al final surge un fascinante retrato integral de Philip Glass como compositor y persona. Glass: A Portrait of Philip in Twelve Parts nos brinda la oportunidad de conocer de cerca tanto la faceta artística como la faceta familiar del compositor, mundos que parecen lejanos uno del otro pero que pronto se revelan complementarios porque la vida personal de Philip Glass forma parte esencial de su estímulo creativo. Al vincular la dimensión humana y la dimensión artística, Scott Hicks desmitifica al compositor y lo presenta como lo que es: una persona que además de poseer el don de la música y llevar lo que podría parecer una envidiable vida profesional llena de viajes, éxitos y reconocimientos, también tiene altibajos, problemas, preocupaciones y fracasos en el ámbito afectivo como cualquier otro ser humano. Así, el documental nos muestra que Philip Glass no solo es una persona de trato amable y corazón generoso, sino que también es adicto al trabajo —durante la filmación del documental, estaba inmerso al mismo tiempo en la composición de su Sinfonía No. 8, la ópera Waiting for the Barbarians y la banda sonora de Cassandra’s Dream (Woody Allen, 2007), además de tener una apretada agenda que incluía recitales como intérprete y otros múltiples compromisos— y que esto choca de frente con su papel como padre y esposo. Mientras por un lado el compositor comenta que el secreto de su éxito es levantarse temprano y trabajar todo el día, por el otro —en uno de los momentos inesperadamente más intensos del documental— Holly Critchlow, entonces su cuarta esposa, no solo nos revela la contraseña de su computadora sino que, decepcionada y a punto de estallar en llanto, pone de manifiesto la irreconciliable tensión existente entre una obsesiva actividad creativa y las demandas de la vida familiar. Al final, Glass: A Portrait of Philip in Twelve Parts no solo es la semblanza de un gran compositor, sino también el retrato de un hombre que, aunque cariñoso y lleno de amor, en cierta forma se encuentra aislado de sus seres cercanos por su enorme talento.

Además de Holly Critchlow, entre las figuras que desfilan por este esclarecedor documental se encuentran Sheppie Abramowitz y Marty Glass (hermanos del compositor), Zack Glass (uno de sus hijos), el pintor y fotógrafo Chuck Close, la directora teatral JoAnne Akalaitis (primera esposa de Glass), el productor Kurt Munkacsi, los directores de orquesta Dennis Russell Davies y Michael Riesman, el legendario sitarista y compositor Ravi Shankar, el compositor Nico Muhly, el dramaturgo Christopher Hampton y los cineastas Woody Allen, Errol Morris, Godfrey Reggio y Martin Scorsese. Visualmente deslumbrantes resultan las escenas donde podemos disfrutar algunas puestas en escena de obras de Glass, además de que a lo largo de las dos horas que dura esta película escuchamos abundantes fragmentos de diversas obras que abarcan prácticamente todo el quehacer artístico del compositor desde los inicios de su carrera.

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