El legado de Ferruccio Busoni

Como sus padres fueron músicos, Ferruccio Busoni (1866-1924) creció rodeado por la música y pronto manifestó habilidades prodigiosas

Por Música en México Última Modificación abril 28, 2024

Como sus padres fueron músicos, Ferruccio Busoni (1866-1924) creció rodeado por la música y pronto manifestó habilidades prodigiosas: dio un recital en Viena a los 10 años y a los 13 ya tenía 143 composiciones en su haber, entre ellas un Stabat mater que dirigió en Graz (donde su familia se había mudado en 1877) cuando tenía 12. A los 15 años se volvió miembro de la Accademia Filarmonica en Bolonia, el más joven desde Mozart, y en 1883 dirigió allí su oratorio Il sabbato del villaggio.

A partir de 1886, Busoni pasó tres años en Leipzig, donde profundizó sus conocimientos de Bach –un entusiasmo que su padre le había inculcado– después de lo cual fue a Helsinki a enseñar piano en el conservatorio. Allí se hizo amigo de Sibelius (su alumno, aunque era unos meses mayor que Busoni) y se casó con Gerda Sjöstrand, la hija de un escultor; ella le sobrevivió tres décadas. Cuando en 1890 Busoni ganó el Concurso Rubinstein en San Petersburgo (con su Konzertstück

para piano y orquesta), le fue ofrecido un puesto como profesor de piano en el Conservatorio de Moscú (1890-1891), el cual fue seguido de un puesto en el New England Conservatory de Boston y que combinó con una serie de giras lucrativas en los Estados Unidos, reforzando el conflicto interno entre la interpretación y la composición. Había mantenido su base en Berlín pero, como pacifista, se rehusó a vivir o tocar en ninguno de los países en guerra y, luego de otra gira estadunidense radicó en Zurich mientras duró la primera Guerra Mundial; regresó a Berlín en 1920, donde murió de nefritis en 1924.

Si bien durante buena parte de su vida y varias décadas posteriores, el nombre de Busoni era conocido más por sus ediciones para piano de Bach, su propia y poderosa obra comenzó a hacerse popular en las últimas décadas del siglo XX y sus ideas visionarias fueron reconocidas: sus escritos anticiparon, por ejemplo, la llegada de la música electrónica y presagiaron otras creaciones futuras. Compuso cinco óperas entre las que están Die Brautwahl (1912), Arlecchino (1917),Turandot

(1917) y Doktor Faust (1925); la última fue terminada, después de su muerte, por su alumno Philipp Jarnach y, a raíz de ello, Dallapiccola comentó posteriormente: “La duda ha entrado en el teatro de la ópera”. Su música orquestal va de la brillante Comedy Overture (compuesta en una noche en julio de 1897), pasando de la luminosamente sepulcral Berceuse élégiaque (1909) al épico Concierto para piano (1901-1904) en cinco movimientos, el cual requiere un coro de voces masculinas en el movimiento final.

La hasta ahora inigualada magnificencia de Busoni como pianista fue reflejada de forma natural en una cantidad considerable de su música para piano. Sus obras tempranas de infancia reflejan la influencia de Brahms; posteriormente, Bach se volvió un modelo más fuerte, reforzando la propia tendencia de Busoni hacia el pensamiento contrapuntístico. Éste alcanzó su culminación en la imponente Fantasía contrapuntística, concebida de modo arquitectónico (hay tres versiones para piano solo, 1910-1912, y una para dos pianos, 1921) y la cual nació como un intento de completar el Contrapunctus XIV inconcluso del Arte de la fuga de Bach. Otra de las principales obras de Busoni para piano es la Fantasía sobre J. S. Bach (1909), inspirada por la muerte de su padre. 

Busoni fue un maestro de piano importante: entre sus alumnos de Berlín estuvieron Egon Petri, Rudolf Ganz y Grainger. Sus estudiantes de composición fueron, entre otros, Weill y Vogel, además de Varèse, cuyo contacto con Busoni lo marcó profundamente. Las dos preocupaciones principales de Busoni se reunieron en una serie de composiciones que tenían como objetivo transmitir el arte de tocar el piano, nada menos que en An die Jugend (1909), Klavierübung (1897-1923) y 5 kurze Stücke zur Pflege des polyphonischen Spiels (1923).

A medida que la inmensa producción de Busoni comienza gradualmente a conocerse, su posición en la historia de la música occidental se está reconociendo lentamente, si bien la total apreciación de su habilidad para sintetizar sus principales desarrollos –desde la música medieval, a través de los periodos Barroco y Clásico y el alcance a las posibles tendencias del futuro– en sus propias obras aún es una tarea pendiente.

Fuente: Latham, Alison. Diccionario enciclopédico de la música. Fondo de Cultura Económica, 2008. 

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