Cuarteto de Guitarras de la Cd. de México
El Huapango de José Pablo Moncayo es una fantasía brillante y colorida para orquesta inspirada por hasta siete diversos sones de Veracruz (entre ellos: “El Siquisirí”, “El Balajú” y “El Gavilancito”). Moncayo narró esta experiencia a José Antonio Alcaraz:
“… Blas Galindo y yo fuimos a Alvarado, uno de los sitios donde la música folclórica se preserva en su forma más pura; estuvimos recopilando melodías, ritmos e instrumentaciones durante varios días. La transcripción de todo eso resultó muy difícil debido a que los huapangueros (músicos populares) nunca repetían la melodía en la misma manera. Cuando regresé a México, le enseñé el material recolectado a Candelario Huízar; él me dio un consejo que siempre le agradeceré: ‘Presenta el material primero en la misma forma que lo escuchaste y después desarróllalo según tus propias ideas.’ Así lo hice y el resultado me fue satisfactorio…”
La palabra huapango parece derivada del vocablo náhuatl ‘cuauhpanco’, que en síntesis significa “sobre el tablado” o “sobre la tarima”, lo que subraya su naturaleza eminentemente bailable. Se trata de la versión instrumental del son huasteco –uno de los sones tradicionales de México–, basada en compás ternario y que se interpreta de diversas formas según el entorno regional, socioeconómico y cultural.
El origen de los sones mexicanos (al igual que en el resto de Latinoamérica) radica en la lírica tradicional hispánica traída e inculcada durante el Virreinato. Muy pronto, la poesía hispánica se desarrolló en parte como sones a lo largo de toda América Latina, y éstos se enriquecieron y distinguieron con cualidades propias. En el caso de la Nueva España, el fenómeno fue acogido, apropiado y transmitido de tal modo por los pueblos originarios, que muy rápidamente ellos no sólo ejecutaron admirablemente las coplas y la música, sino también aprendieron a fabricar con calidad los instrumentos musicales españoles. Actualmente los especialistas distinguen entre 6 y 8 géneros de sones mexicanos: jarocho (Veracruz) , huasteco (San Luis Potosí, Veracruz, Tamaulipas), calentano (Guerrero), tixtleco (Guerrero) y jalisciense (Jalisco).
El conjunto tradicional de huapangueros está formado por un ejecutante de quinta huapanguera (una guitarra de cinco u ocho cuerdas y cajón de resonancia mayor que el de la guitarra normal), mientras otro ejecuta la jarana (una guitarra pequeña de cinco cuerdas). Estos dos instrumentos llevan el ritmo y la armonía de la pieza, mientras el violín pauta la melodía. Cuando es cantado, el huapango se ejecuta generalmente a dos voces, y en ocasiones los cantantes se turnan los versos de una copla.
Fuente: Festival Internacional Divertimento
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