Ocho por radio – Silvestre Revueltas

Orquesta Filarmónica de la UNAM | Iván López Reynoso – Director por Juan Arturo Brennan. Cuando un artista muere prematuramente, en la cima de sus […]

Por Música en México Última Modificación septiembre 4, 2022

Orquesta Filarmónica de la UNAM | Iván López Reynoso – Director

por Juan Arturo Brennan.

Cuando un artista muere prematuramente, en la cima de sus poderes creativos, su ausencia se presta casi inevitablemente a la especulación y a la hipótesis. Se intenta, sobre todo, extrapolar el trabajo realizado por el creador y proyectarlo hacia el futuro que la muerte le negó. En el caso de la obra y el compositor que son objeto de esta nota, la pregunta es muy sencilla: ¿hasta dónde pudo haber llegado Silvestre Revueltas en su desarrollo creativo si hubiera vivido los treinta o cuarenta años que le correspondían? Como en cualquier otro caso similar, no hay respuesta posible, pero se antoja particularmente interesante especular sobre lo que Revueltas pudo haber realizado como compositor de música para los medios. En el ámbito del cine, creó la sensacional partitura de Redes, y la espectacular aunque menos sólida música para La noche de los mayas, así como otros soundtracks que hasta la fecha son desconocidos en las salas de concierto. ¿Qué rumbo habría tomado la música de Revueltas en el contexto del cine mexicano más moderno? ¿Habría podido integrarse Revueltas a la creación de música para televisión? En medio de todas estas especulaciones queda como muestra, al menos, una interesante colaboración de Revueltas para el entonces joven medio radiofónico: su pieza de cámara titulada Ocho por radio.

Para descifrar el enigmático título de esta breve partitura de Revueltas es necesario conocer la anécdota que hay detrás de él. O en cambio, acudir al título que suele darse en inglés a esta obra, y que es el de Eight musicians broadcasting, que traducido de regreso al español sería Ocho músicos transmitiendo. Se dice que en cierto momento de su carrera, Revueltas recibió el encargo de componer a toda prisa una obra breve para ser transmitida en un concierto radiofónico. En el momento del encargo, los músicos disponibles para el proyecto eran dos violinistas, un violoncellista, un contrabajista, un clarinetista, un fagotista, un trompetista y un percusionista. Fue así que Revueltas se adaptó a los recursos que en ese momento tenía a su disposición, y creó Ocho por radio para ese peculiar conjunto instrumental. En ocasiones, el compositor solía escribir breves textos relativos a sus obras. Estos textos, que en realidad no son estrictamente notas de programa, están concebidos y realizados con un sarcasmo y un sentido del humor típicos de la personalidad de Revueltas. Esto fue lo que escribió respecto a Ocho por radio:

Ecuación algebraica sin solución posible, a menos de poseer profundos conocimientos en matemática. El autor ha intentado resolver el problema por medio de instrumentos musicales, con éxitos medianos, del que la crítica conocedora en achaques de números podrá juzgar con su habitual ecuanimidad.

En un tono más formal pero menos divertido, el musicólogo Gérard Béhague apunta lo siguiente:

El enigmático título de Ocho por radio, una pieza de cámara de 1933, ha sido interpretado indistintamente como ocho minutos de música para radio u ocho músicos transmitiendo. Es una de las más atractivas obras de Revueltas, una pieza que pone en evidencia su humor cínico. Las características relevantes de esta partitura son una polifonía de estilo mestizo (similar a la que se encuentra en conjuntos populares como el mariachi), figuras rítmicas folklóricas, armonías politonales y forma tripartita.

A pesar de las singulares circunstancias de su composición, Ocho por radio es una obra típica del pensamiento musical de Revueltas y contiene, muy sintetizados, muchos de los elementos propios de su lenguaje. Al inicio, una llamada de trompeta inequívocamente revueltiana, y enseguida la irrupción del violín con una tonada de corte popular, muy mexicana pero no folklórica. De ahí en adelante es posible hallar un discurso musical lleno de breves y humorísticas interjecciones en los alientos, así como el discreto apoyo de la percusión. Estructuralmente, la pieza es muy sencilla. Se trata de un solo movimiento dividido en tres secciones claramente diferenciadas: allegro-lento-allegro, que apuntan lejanamente a la distribución formal del concierto barroco y a muchas otras estructuras musicales tripartitas. Pero sobre todo, destaca en Ocho por radio la energía nerviosa que suele caracterizar a la mayor parte de la producción musical de Silvestre Revueltas. En el interesante catálogo comentado de la obra de Revueltas, realizado por Roberto Kolb y Olga Picún, se mencionan algunos datos interesantes sobre Ocho por radio. El manuscrito de la obra, que no tiene fecha ni firma, lleva una dedicatoria a Guillermo Orta y su grupo de radio. Existe, además, un manuscrito de la versión para piano de Ocho por radio, igualmente sin fecha ni firma, lo que hace imposible saber si esta versión es una reducción de la partitura instrumental, o si ésta fue elaborada a partir de la versión pianística.

Ocho por radio fue estrenada en concierto en el Teatro Hidalgo el 13 de octubre de 1933 por miembros de la Orquesta del Conservatorio, institución cuya dirección había asumido Revueltas en marzo de ese año, sustituyendo a su colega y amigo Carlos Chávez. Se desconoce, sin embargo, la fecha de la transmisión radiofónica original de la obra, si es que en realidad ocurrió.

Por Juan Arturo Brennan para la OFUNAM


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