Intermezzi op.117 de Johannes Brahms

Con sus colecciones de piezas cortas para piano, Brahms toma licencias en la composición pianística tradicional

Por Música en México Última Modificación agosto 19, 2024

Op. 117 no. 1

Vassily Primakov – piano

Otoño tardío – cosecha de frutos. Con sus colecciones de piezas cortas para piano, Brahms toma licencias en la composición pianística tradicional y al mismo tiempo alcanza la cúspide. Su energía creativa no disminuye; la inspiración melódica fluye con tal frescura que durante mucho tiempo se pensó erróneamente que había usado páginas inéditas de juventud para estos ciclos. En especial el op. 117, integrado por tres joyas expresivas que se encuentran entre lo más representativo de su lenguaje maduro. El hecho de que todas estén en tempo de Andante, representa un reto para el pianista, quien debe potenciar los detalles musicales de cada pieza y acentuar los elementos que las caracterizan y contrastan.


Op. 117 no. 2

Julius Katchen, piano

Estas son “canciones sin palabras” –elegiacas, incluso melancólicas en su estado de ánimo básico– nos recuerdan a veces a los Impromptus de Schubert. Sin embargo, el aparente toque de improvisación tiene un contrapeso, un desarrollo temático del más alto orden, sólo comparable con las últimas obras de Beethoven. Cada una de estas piezas para piano evoluciona a partir de un germen melódico con una lógica tan magistral, que cada nota, cada frase, parece derivarse de la idea inicial que lo anima todo. Sin aparente esfuerzo, la estructura musical es entretejida con imitación, canon, inversión, aumento y disminución de tal forma que el oyente es apenas consciente de esta capa intelectual, excepto quizás al percibir que esta melancólica “pintura otoñal” tiene un sentido más profundo que otras composiciones románticas. Cada nota es sin lugar a dudas Brahms, con su exuberante sonido pianístico; a pesar de la sensual belleza, la música mantiene en todo momento, su propia calma, una tímida reserva que no rebasa el ámbito interior.


Op. 117 no. 3

Tal-Haim Samnon – piano

Fue Brahms mismo quien nombró su tres Intermezzi Opus 117, compuestos en el verano de 1892 “las tres canciones de cuna de mis penas”. La primera de ellas toma, en forma de lema un verso extraído de “Stimmen der Völker” de Herder:

Duerme dulcemente, hija mía,

duerme dulcemente, que triste estoy de verte llorar.

El editor de Brahms quiso publicar las piezas por separado en vista del éxito de su célebre la canción de cuna “Guten Abend, gut’ Nacht”, pero Brahms se opuso a esta idea. Un desarrollo temático altamente estructurado y una estrecha relación interna aportan una riqueza melódica digna de Schubert. Así la sección central en mayor del Intermezzo Opus 117 No. 2, por ejemplo, es completamente derivada de una expansión del tema inicial. A esto debe agregarse la tendencia característica con la que Brahms varía la repetición de una idea en sus últimas obras. Las transiciones armónicas de la sección central en las repeticiones variadas de la primera parte dan testimonio de su genio.

Fuente: Harmonic Classics


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