Que la zarzuela está en crisis crítica desde hace décadas es bien sabido. Y ello pese al esfuerzo encomiable de algunas entidades y el apoyo de muchos intérpretes. La Fundación Inocencio y Vicente Guerrero, que figura entre estas pocas corporaciones ejemplares que desde siempre han apostado firmemente por el género español, promovió en Cuenca unas jornadas de estudio, debate y análisis sobre el presente y futuro del género lírico español. Estudiosos, intérpretes y profesionales del sector expusieron sus pareceres y puntos de vista acerca de la situación, posibilidades y futuro del género. Hubo sesiones académicas, mesas redondas, ponencias y coloquios. Personalidades del mundo de la zarzuela y de la ópera española trataron temas tan candentes como la conservación documental, la edición, la interpretación, la gestión artística y empresarial o la promoción del repertorio.
Iniciativas como esta son acicate para despertar, promover e impulsar el resurgimiento del género. Se precisa genio e ingenio para “animar unos libretos muchas veces trasnochados”, como dijo Rafael Frühbeck de Burgos, que habló con desparpajo y aguda memoria de sus muchas grabaciones de zarzuela. También el apoyo de organismos públicos – no basta con mantener abiertas las puertas del Teatro de la Zarzuela en Madrid – y la edición de partituras y materiales de orquesta de calidad. La ausencia de apoyo institucional a estas jornadas nacidas con vocación de continuidad es una prueba más de esta perniciosa desidia congénita.
Fuente: Justo Romero, en Ópera Actual.
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