Fuente: Classical-music.com. BBC
Una breve selección de la mejor música para escuchar durante la época de semana santa y pascua.
* J.S. Bach: La pasión según san Mateo. Obra maestra que muchas personas conocen bien y pocos se cansan de escuchar. Es una de las dos “pasiones” de Bach que se conocen (la otra es “…según san Juan”). Se escuchó por primera vez en Leipzig el viernes santo de 1727, aunque la partitura que conocemos data de 1743-6. La intención del compositor era que una de las dos partes se escuchara antes, y la otra después del sermón: una prueba de resistencia para los devotos. Aún sin el sermón, la ejecución de la obra dura dos horas y media. ¿Por qué nos gusta tanto? ¿Serán las suntuosas figuras barrocas que nos llenan de emoción? ¿O el maravilloso engranaje de solistas y coro; de arioso con aria? Quizás sea simplemente el número de extraordinarias tonalidades que contiene la obra. Una versión recomendada: John Eliot Gardiner dirige al Coro Monteverdi y al conjunto English Baroque Soloists.
* Thomas Tallis: Lamentaciones de Jeremías, el profeta. Compuesta alrededor de 1565- 70. El escribir música en torno as lecciones bíblicas de la Semana Santa fue una corriente que se desarrolló en los países católicos de Europa a principios del s.XV. A mediados del s.XVI está práctica había ganado popularidad en Inglaterra. Esta música que enmarca los versos del Libro de Jeremías es de las obras más expresivas de Tallis. El compositor utilizó todas las técnicas de composición musical para resaltar los textos con la máxima intensidad.
* Nikolai Rimski-Korsakov: Obertura de la gran Pascua rusa. Esta pieza de 1888 lleva el nombre de “fiesta brillante” como se denomina la Pascua en Rusia. Rimski-Korsakov, ateo declarado, escribió que quería capturar “la transición de la solemnidad y misterio de la Pasión a las desbordantes celebraciones paganas del domingo de Pascua”. La obertura también pinta con gran colorido la explosión de luz al final de un invierno ruso. Los temas musicales religiosos y paganos aparecen entrelazados en la obra: el compositor tomó prestados temas del Obikhod, una colección de cantos ortodoxos, que a partir de 1848 se habían vuelto obligatorios en las iglesias rusas. Estos motivos se perciben de entre el brillante tejido musical de la orquesta.
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