Por José Antonio Palafox
Admirado por Wagner y Stravinsky, el malogrado compositor Vincenzo Bellini (1801-1835) formó parte –junto con Gaetano Donizetti y Gioachino Rossini- del gran triunvirato de compositores que, antes de la irrupción de Giuseppe Verdi, crearon las más grandes óperas brindadas por Italia al mundo entero.
La muerte de Bellini, ocurrida por peritonitis a los 33 años de edad, truncó la consolidación de un corpus creativo que prometía renovar para siempre la estructura del bel canto. Sin embargo y a pesar del poco interés que existe hoy en día para poner en escena sus óperas, la belleza imperecedera de su música continúa dando fe y testimonio de un estilo compositivo apasionado e innovador sin par. Prueba de ello son obras del calibre de Capuletos y Montescos (1830), La sonámbula (1831), la famosísima Norma (1831) y, por supuesto, Los puritanos (1835).
Bellini estrenó Los puritanos en París el mismo año de su fallecimiento. Con libreto del poeta y político Carlo Pepoli, quien a su vez se basó en el drama Têtes rondes et cavaliers (Cabezas redondas y caballeros) de los dramaturgos franceses Jacques-François Ancelot y Xavier Boniface Saintine, la estructura de esta ópera sufrió diversos cambios durante su gestación y hasta un día antes de su estreno: originalmente estaba estructurada en dos actos, pero –por consejo de Rossini- Bellini la dividió en tres. También por sugerencia de Rossini, el compositor hizo especial énfasis en la paleta orquestal, ya que el público francés se identificaba más con la música orquestal que con la escritura vocal. Por si fuera poco, Bellini -ya aquejado por los dolores de la enfermedad que lo llevaría a la tumba- tuvo que guiar prácticamente paso a paso a Pepoli, quien jamás había escrito un libreto de ópera pero cuyos versos lo habían sorprendido gratamente. Peor aún: por esas épocas en París había toque de queda debido a una cuarentena impuesta para evitar la propagación de un fuerte brote de cólera que amenazaba con asolar la ciudad. Los puritanos duraba demasiado, por lo que Bellini tuvo que hacer recortes a su partitura los días inmediatamente anterior y posterior al estreno para que la ópera terminase antes de las 11 de la noche y los espectadores pudiesen regresar tranquilamente a sus hogares.
Con todo, Los puritanos fue el espléndido canto del cisne de Bellini, y aunque su estructura tiende hacia el más refinado estilo francés, se trata de una ópera brillante y vigorosa en la mejor tradición italiana. Con ella, Bellini hace gala por última vez en su vida del insuperable sentido de la melodía y el delicado desarrollo vocal que son característicos de su obra operística.
Ubicada en el marco de la guerra civil que tuvo lugar en Inglaterra a mediados del siglo XVII y en la que los realistas (partidarios de Carlos I, de la casa Estuardo) se enfrentaron contra los puritanos (liderados por Oliver Cromwell), esta ópera romántica con tintes nacionalistas narra la intensa y dramática historia de amor entre el realista lord Arthur Talbot y Elvira, la hija del gobernador de Plymouth, Gualterio Walton. Sir Riccardo Forth, uno de los militares más importantes del bando puritano, está enamorado de Elvira, y la pide en matrimonio a lord Gualterio. Pero ella preferiría morir antes que convertirse en la esposa de un hombre que no sea Arthur…
Los próximos 22, 24, 26, 29 y 31 de mayo tendremos la oportunidad de disfrutar en vivo de esta gran ópera de Vincenzo Bellini en el Palacio de Bellas Artes, con un reparto eminentemente mexicano encabezado por el tenor Javier Camarena (excepto los días 24 y 31, en que será sustituido por el tenor italiano Alessandro Luciano) como lord Arthur Talbot, la soprano Leticia de Altamirano como Elvira, el barítono Armando Piña como sir Riccardo Forth y el bajo José Luis Reynoso como lord Gualterio Walton. La Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes estarán bajo la batuta del director de origen serbio Srba D, y la puesta en escena correrá a cargo del destacado escenógrafo Luis Manuel Aguilar, mejor conocido como “El mosco”.
Vincenzo Bellini – Los puritanos: “Ah! Per sempre io te perderei” / Carlos Álvarez (Riccardo Forth)
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