Viena, 1º. de septiembre 1785
Mi querido amigo Haydn:
Le escribo como un padre que ha decidido soltar a sus hijos al gran mundo y está ansioso de encomendarlos a la protección y guía de un hombre que goza de gran fama y que, afortunadamente, es una persona que yo aprecio mucho. Es cierto que estos son los frutos de un largo y laborioso estudio pero mis esperanzas, basadas en la experiencia,
me llevan a anticipar que mi labor será compensada en algún grado, algún día, lo cual será un consuelo para mí. Mi querido amigo, durante su última visita a esta capital, amablemente expresó su satisfacción respecto a estas obras, lo cual me inspira a dedicárselas a usted, esperando que no sean indignas de merecer su favor. Le ruego recibirlas con agrado, y espero que sea para ellas un padre, un mentor y un amigo. A partir de este momento, le cedo todos los derechos sobre de ellas, y le suplico ver con tolerancia aquellos defectos que acaso escaparon a la mirada indulgente de un padre. Asimismo, espero continuar siendo merecedor de la generosa amistad que tanto aprecio. De todo corazón, quedo su amigo sincero, Mozart.
Esta dedicatoria, impresa en italiano, aparece en la primera edición de Arataria de los seis cuartetos para cuerdas, K.387, 421, 428, 458, 464 y 465, escritos por Mozart entre 1782 y 1785, conocidos hoy como “los cuartetos Haydn”.
Fuente: Mozart Letters, traducción de Lady Wallace, selección de Peter Washington y Michael Rose, Everyman’s Library, Londres, 2006.
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