Armengol : Danzas cubanas. Martín Camacho, piano

Es incuestionable que el piano es el instrumento que Mario Ruiz Armengol (1914-2002) prefirió para escribir su música de concierto

Por Música en México Última Modificación agosto 16, 2022

“Se toman los danzones cubanos de principio de siglo que ejecutaba Antonio María Romeu, los mejores pregones veracruzanos, a Stravinski, a Debussy, al jazz de Teddy Wilson, a Duke Ellington, los pones en una licuadora y debo salir yo”. M.R. Armengol.

Es incuestionable que el piano es el instrumento que Mario Ruiz Armengol (1914-2002) prefirió para escribir su música de concierto y para su ejecución como intérprete. Sus obras para piano representan la mayor parte de su producción de música de concierto. El estilo composicional de Ruiz Armengol se caracteriza por la integración de influencias muy variadas. Estilísticamente, su música es una mezcla de jazz, música popular y comercial, tendencias clásicas y técnicas contemporáneas, combinadas con elementos de la música tradicional mexicana y cubana. Su uso de la armonía es una mezcla que hace uso de varios lenguajes: tonal, bitonal, en cuartas, cromática, pentatónica, jazz, así como de influencias de música latinoamericana.

Ruiz Armengol escribió la mayor parte de su música de concierto para piano durante los últimos treinta años de su vida, cuando ya tenía la madurez y experiencia de casi cuarenta y cinco años de compositor. Las influencias provenían de la música de jazz y como músico en una de las estaciones de radio más populares de México, la XEW. Por otro lado, la incorporación de influencias clásicas y contemporáneas en su música tiene sus raíces en su formación académica en el Conservatorio Nacional de Música de México y en su amor por la música de concierto. El uso de estilos tradicionales mexicanos y cubanos posiblemente proceda de haber sido expuesto, desde la niñez, a la música tradicional de esos países así como de sus viajes a Cuba y de la interacción con la música de ese país y la influencia que ganaron los géneros cubanos en México. Su maestría en el género de la canción popular, en particular del bolero cubano, también contribuyó a su estilo musical. 

La música para piano de Ruiz Armengol se podría clasificar en tres periodos: composiciones antes de 1971, composiciones entre 1971-1993 y composiciones después de 1993. Las que datan de 1971-1993 constituyen la mayor parte de su producción de música para piano; el compositor comenzó a alejarse lentamente de su actividad profesional en la música comercial para dedicarle más tiempo a la composición de obra más personal. A este periodo corresponden las danzas 1 a la 19. El periodo que va desde 1993 hasta su muerte se define por una constante búsqueda de expresión musical a través de la disonancia y exploración armónica. A este periodo pertenecen las danzas 20 al 22.

Las danzas cubanas

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Ya fuese a través de los viajes que hizo a Cuba, o músicos cubanos visitando México, Ruiz Armengol conoció y estableció amistad con un buen número de músicos y compositores cubanos, entre los más notables René Touzet, César Portillo de la Luz y José Antonio Méndez. Estos dos últimos, al lado de Ruiz Armengol y el compositor mexicano Vicente Garrido, son considerados los líderes del bolero filin, un estilo de canción que se hizo popular tanto en México como en Cuba durante la década de los cincuenta y sesenta. El bolero cubano es un estilo de canción binaria, derivado del danzón y la habanera, que se caracteriza por su ritmo y melodías expresivas, que fue traído a México por músicos cubanos.

Para 1979, Ruiz Armengol estaba totalmente sumergido en la composición de su música de concierto. En agosto de ese año escribió una pieza inspirada en el estilo de música que su padre habría escrito o tocado. Ismael Ruiz, padre de Ruiz Armengol, había sido un director de orquesta mexicano, pianista y compositor de piezas que incluyeron canciones, danzones, guarachas y sones jarochos. La portada original de esta composición de Ruiz Armengol lleva el nombre Recordando a Papá, con el subtítulo danzoneo entre paréntesis. El compositor presentó esta pieza a René Touzet, un veterano en la composición de danzas cubanas, quien expresó que la pieza de Ruiz Armengol no era otra cosa que una danza cubana; así, Recordando a Papá se convirtió entonces en la Danza Cubana No. 1. 

Las innovaciones de Ruiz Armengol al género de la danza cubana en las áreas de originalidad armónica y formal, variedad rítmica, contenido estético y brillantez pianística, sugieren una contribución importante a la historia del género. 

La grabación de las Danzas cubanas de Mario Ruiz Armengol fue realizada por Urtext digital classics, en mayo de 2015, en el Akin Auditorium de Midwestern State University, Wichita Falls, Texas. 

El intérprete es el pianista Martín Camacho, ganador de importantes concursos en México, Cuba y Estados Unidos. Sus actuaciones en recitales incluyen presentaciones en México, Cuba, Venezuela, Japón, Italia, Serbia, Croacia y Noruega y en más de veinte ciudades de Estados Unidos y Canadá; como solista se ha presentado con varias de las más importantes orquestas de México y Cuba y Estados Unidos y Canadá. 

Después de haber iniciado sus estudios musicales en México, en la Escuela Superior de Música, obtiene la licenciatura en música (1993) en el Instituto Superior de Arte de la Habana, Cuba; el grado de maestría (1998) y post-maestría (2000) en el Instituto de Música de Cleveland, bajo la dirección del prestigiado pianista Sergei Babayan.

Textos a la grabación del cd ARMENGOL Danzas Cubanas; Martín Camacho, pianista. URTEXT digital classics.

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