Musique concrete, nombre que le dio el compositor francés Pierre Schaeffer, a finales de la década de 1940, a la música compuesta de manera “concreta” directamente en una cinta y no de manera abstracta anotando las notas sobre un papel. En sus experimentos en el Estudio d’Essai de la radio francesa, Schaeffer (1910-1995) grabó sonidos naturales (como el sonido de una campana, el descorchado de una botella, una voz humana, etc.).
Transfería estas grabaciones de una cinta a otra, combinándolas, sobreponiéndolas, cambiando la velocidad y la dirección, de tal manera que a menudo los sonidos originales resultaban irreconocibles. La composición final era un montaje de sonidos almacenados en una cinta que podía escucharse sin necesidad de ningún “intérprete”. Muchas de las técnicas de la “musique concrete” desempeñaron posteriormente un papel importante en la música electrónica. Sin embargo, una auténtica composición de “musique concrete” se basa únicamente en sonidos naturales. Por ejemplo, la única fuente sonora del Intermezzo de Mimaroglu (nacido en Turquía) es una goma elástica y la de Música auática del compositor japonés Toro Takemitsu consiste únicamente en gotas de agua.
Fuente: Roy Bennett, Léxico de música, Madrid, Ediciones Akal, 2003.
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