Del italiano, cola. En morfología musical, es una sección de un movimiento que se considera que ha sido agregada al final, más como un agregado que como una verdadera necesidad estructural. De allí que en la forma sonata, la coda (si existe) viene después que los dos temas principales han sido expuestos en la tonalidad principal (como en casi toda la terminología del análisis musical, el significado dado aquí tiene un valor aproximado: por ejemplo, las codas de Beethoven tienen una gran importancia en su estructura musical y de ninguna manera dan al oyente la sensación de estar súbitamente en el final).
Fuente: Arthur Jacobs, Diccionario de música, Buenos Aires, Ed. Víctor Lerú, 1958.
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