Steve Reich: la música como proceso – Historia de la Música Minimalista (VIII)

Por José Antonio Palafox A estas alturas ya nos habremos percatado de que una de las intenciones primordiales de Steve Reich es que el escucha […]

Por Jose Antonio Palafox Última Modificación febrero 20, 2018

Por José Antonio Palafox

A estas alturas ya nos habremos percatado de que una de las intenciones primordiales de Steve Reich es que el escucha “perciba” el proceso por el cual sus composiciones se van transformando paulatinamente, y es por medio de la técnica del phasing que lo hace perfectamente audible. Sin embargo, con Pendulum Music (1968) dio un paso más allá e hizo que el proceso también fuese visible. Esta curiosa obra es una especie de escultura sonora consistente en varios micrófonos que oscilan a la manera de péndulos sobre unos altavoces que reproducen los sonidos captados por el vaivén de los micrófonos. A su vez, son precisamente los sonidos producidos por los micrófonos los que son reproducidos por los altavoces, con lo que se crea una retroalimentación sonora cíclica que solo llegará a su fin cuando los micrófonos dejan de balancearse. En esta pieza, el papel de los intérpretes se reduce a poner en marcha el proceso haciendo oscilar una única vez los micrófonos.

Steve Reich: Pendulum Music / Joan Cerveró, Víctor Trescolí, Isabel León y Estefanía Sánchez (iniciadores del proceso)

Esta búsqueda de “transparencia” en la evolución de los procesos musicales llevó a Reich a diseñar, en colaboración con el ingeniero electrónico Larry Owens, un curioso dispositivo al que llamó Phase Shifting Pulse Gate, una especie de órgano electrónico automático cuyo objetivo era conseguir el control absoluto de los procesos del phasing mediante la creación de complejas capas de patrones rítmicos prácticamente perfectos capaces de desfasarse entre sí con una exactitud milimétrica para crear texturas sonoras perpetuamente cambiantes. Usando este mecanismo, Reich compuso en 1969 Pulse Music y Four Log Drums. Sin embargo, pronto abandonó la idea de producir su música con este sistema porque se dio cuenta de que, en sus propias palabras, “son las casi imperceptibles variaciones del ritmo conseguidas por el ser humano al tocar un instrumento las que dan vida a la música”.

El minimalismo

En 1970 Steve Reich compuso la que en rigor sería su primera obra minimalista: Four Organs. Se trata de una pieza para cuatro órganos electrónicos y maracas en la que alarga progresivamente lo más posible la duración temporal de un único acorde producido por los órganos, sin absolutamente ninguna variación en el tono, el timbre o la intensidad del sonido, mientras las maracas hacen las veces de un pulso similar al que el compositor sugirió a Terry Riley para In C. Con esta obra de carácter lineal, que además fue su primera composición interpretada en una sala de conciertos tradicional, Steve Reich desarrolló por primera vez el concepto propuesto tres años antes en la partitura de Slow Motion Sound.

Repitiendo su alineación de cuatro órganos (sin maracas), en ese mismo año Steve Reich compuso Phase Patterns, una vigorosa obra en la que el foco de atención se encuentra en los patrones rítmicos obtenidos al utilizar los órganos como instrumentos de percusión. De hecho, el creciente interés del compositor por las posibilidades expresivas de las percusiones y la riqueza sonora de los poliritmos (el uso simultáneo de dos o más ritmos contrarios) lo llevó a instruirse en el gamelán balinés y a realizar un viaje de cinco semanas a Ghana, donde estudió bajo la tutela del destacado percusionista Gideon Alerwoyie. Su experiencia africana quedó plasmada en Drumming, extensa pieza para nueve percusionistas, voz masculina, voces femeninas, silbido y flautín compuesta en 1971 y estrenada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Esta obra maestra del minimalismo marcó el inicio de una nueva etapa en la carrera de Steve Reich, ya que es su primera composición a gran escala: 13 ejecutantes, una gran variedad de instrumentos y una duración de casi hora y media. En ella, un único patrón rítmico que sirve como columna vertebral de las cuatro partes en que se divide la obra es desarrollado no solo mediante las acostumbradas repeticiones con velocidades cambiantes, sino también por medio de diversas combinaciones tímbricas. Cada una de las partes —que además deben interpretarse en secuencia y sin pausas— presenta una combinación distinta de voces e instrumentos: cuatro pares de bongos y una voz masculina (I); tres marimbas y dos voces femeninas (II); tres glockenspiels, un flautín y el silbido (III); y finalmente todo el conjunto instrumental y vocal (IV).

Steve Reich: Drumming (III) / The Cole Conservatory New Music Ensemble

Por otro lado, el estreno de Drumming significó la consolidación del Steve Reich and Musicians (también conocido como el Steve Reich Ensemble), un grupo de hasta 18 músicos que el compositor venía formando desde 1966 y al que se dedicó de lleno como compositor y ejecutante. Steve Reich and Musicians fue durante muchos años el único conjunto que interpretó sus obras, y aún hoy en día permanece activo con muchos de sus miembros originales.
Contrastando con la abundante instrumentación utilizada en Drumming para desarrollar una figura musical sencilla, en Clapping Music (1972) Steve Reich se trasladó al extremo opuesto para desarrollar una sorprendente exploración del ritmo y la métrica mediante una “instrumentación” mínima (las palmas de las manos de dos ejecutantes). Se trata de la repetición de un patrón de 12 tiempos con una única y casi imperceptible alteración que termina por crear un rico espectro de variedad rítmica: los dos intérpretes comienzan palmeando al unísono, pero después de doce repeticiones el segundo ejecutante se “salta” una palmada, con lo que la textura rítmica se ve modificada. Después de otras doce repeticiones, el segundo ejecutante vuelve a “saltarse” una palmada y la modificación del ritmo crea otra textura. El proceso se repite un total de doce veces, y entonces el segundo intérprete vuelve a sincronizarse con el primero.

Steve Reich: Clapping Music / Steve Reich y Wolfram Winkel (palmadas)

Los asombrosos resultados obtenidos con la impresionante economía de instrumentación explorada en Clapping Music llevaron a Steve Reich a componer Music for Pieces of Wood (1973), una obra en la que utiliza cinco pares de claves (esos pequeños instrumentos de percusión hechos de madera) para crear un complejo entramado rítmico y métrico en el que el primer intérprete repite un pulso invariable durante toda la duración de la obra mientras el segundo músico desarrolla una y otra vez un patrón de doce notas y los otros tres ejecutantes se agregan consecutivamente tocando la misma figura que el segundo músico, pero produciendo solo una nota cada vez que éste completa un ciclo, de modo que son necesarias numerosas repeticiones antes de que todos consigan interpretar el patrón completo. Cuando por fin lo logran, cada uno de los intérpretes empieza a ir “en reversa”, omitiendo una tras otra las notas del ciclo hasta que al final solo queda nuevamente el pulso que el primer intérprete ha repetido sin cesar.
Reich incorporó los difíciles patrones rítmicos conseguidos con semejante economía de medios a piezas más elaboradas, como Music for Mallet Instruments, Voices and Organ (1973). En esta obra recurre al “alargamiento” y “reducción” temporal de las frases melódicas, que son desarrolladas por las voces y el órgano mientras las percusiones parten de una única figura para desenvolver un rico entretejido rítmico y armónico que se va desfasando paulatinamente mediante la técnica del phasing. Otra obra de ese mismo año es Six Pianos, interesante experimento de gran riqueza armónica y rítmica que empieza con tres pianos tocando al unísono el mismo ritmo sincopado, pero con distintos tonos. Al igual que sucede en Music for Pieces of Wood, los otros tres intérpretes se van incorporando sucesivamente, adicionando sus respectivas capas sonoras nota por nota hasta que, tras varias repeticiones, sus patrones rítmicos terminan por agregarse al loop. Pero el nuevo patrón rítmico no llega a sincronizarse con la figura original interpretada por los tres primeros pianos, porque ya está de antemano desfasado. De esta manera, aunque los recursos musicales sean los mismos y permanezcan constantes, lo que el efecto sonoro creado recalca son las diferencias.

Steve Reich: Music for Mallet Instruments, Voices and Organ / Alarm Will Sound

En 1976 Steve Reich concluyó la composición de una de las obras maestras del movimiento minimalista: Music for 18 Musicians. Es una pieza para violín, violonchelo, clarinetes, voces, pianos, maracas, marimbas, vibráfono y xilófono cuya estructura armónica gira alrededor de once acordes que son presentados al inicio (Pulses), seguidos por breves motivos que “alargan” las dimensiones sonoras de cada acorde (Sections I-XI) y una vuelta al inicio (Pulses). En ella se encuentran presentes los patrones rítmicos repetitivos, el pulso inmutable y otros recursos técnicos característicos del corpus creativo de Reich hasta el momento. Sin embargo, pese a su aparente rigidez constitutiva, Music for 18 Musicians cuenta con una prodigiosa flexibilidad interna que permite a las texturas sonoras expandirse y enriquecerse con cada combinación de las cualidades individuales de los instrumentos para obtener un abanico armónico y una riqueza tímbrica hasta entonces ausentes en las composiciones de Steve Reich.

Steve Reich: Music for 18 Musicians / Synergy Vocals y solistas del Ensemble interContemporain

 

Jose Antonio Palafox
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