Instrumento de cuerdas con arco florecido en el centro de Europa en el siglo XVIII; existe también un repertorio para el instrumento compuesto en épocas posteriores, en particular en el siglo XX. La forma del instrumento es semejante a la viola tiple: su caja no es muy ancha, suele tener un diseño caprichoso y aberturas acústicas con forma de “rayo”, no tiene trastes y se sujeta con el hombro como el violín. Su característica más importante es que tiene cuerdas que vibran por simpatía; por lo general tiene siete cuerdas para frotar con arco, afinadas en el acorde común de re mayor o en el acorde de tónica de la tonalidad de la música, y siete cuerdas simpáticas afinadas al unísono con las principales o en la escala diatónica de la pieza. La viola de amor tiene un sonido dulce enriquecido por la resonancia tímbrica de las cuerdas simpáticas.
La evidencia de un modelo predecesor del siglo XVII con cinco cuerdas y probablemente del tamaño del violín, sobrevive en el violín noruego denominado Hardanger, que tiene cuatro órdenes para frotar con arco y cuatro cuerdas simpáticas.
Fuente: Latham, Alison. Diccionario enciclopédico de la música. Fondo de Cultura Económica, 2008.
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