Scheherezade, op. 35 de Nikolai Rimsky-Korsakov
I El mar y la nave de Simbad
II La historia del Príncipe Kalendar
III El joven príncipe y la joven princesa
IV Festival en Bagdad. El mar.
Naufragio. Final
Suite de El pájaro de fuego de Igor Stravinski
(Versión de 1919)
I Introducción
II El pájaro de fuego y su danza
II Variación del pájaro de fuego
IV Ronda de princesas
V Danza infernal del Rey Kaschei
VI Canción de cuna
VII Final
El programa 5 de la Tercera Temporada 2019 de la OFUNAM estuvo integrado por música rusa, obras inspiradas en la cultura del medio y lejano oriente que sedujeron a Europa en el siglo XIX. Ejemplo de ello es la Suite sinfónica op. 35 Scheherezade de Nikolai Rimsky-Korsakov, quien a partir de la lectura de Las mil y una noches tuvo la idea de componer una deslumbrante obra de deslumbrante orquestación. La suite está dividida en cuatro movimientos. El compositor les dio títulos, pero posteriormente los borró para reemplazarlos por meras indicaciones de tiempo y desanimar la lectura de una historia en el desarrollo de la música. Sin embargo en la actualidad se suelen mencionar los títulos originales.
El tema musical que inicia el primer movimiento representa al dominante sultán Shahriar; este tema está construido con cuatro notas de la escala de tonos enteros descendente. Pero pronto (después de unos pocos acordes en las maderas donde se notan reminiscencias del inicio de la obertura de El sueño de una noche de verano de Mendelssohn), oímos otro de los temas que aparece en cada movimiento; éste representa a la narradora de la historia misma, Scheherezade, la esposa del sultán, que logra salvarse al conmoverlo con sus historias diarias. Es una melodía arrebatadora y sensual en un solo de violín, acompañada por el arpa.
También escucharemos la versión de 1919 la Suite del ballet El pájaro de fuego de Igor Stravinski.. La orquestación de El Pájaro de Fuego es espectacular. Aunque Stravinski todavía no había cumplido los treinta años, ya era un maestro en esta materia. El famoso pasaje deglissandi, armónicos naturales en las cuerdas, al final de la introducción, constituye una de las sonoridades más bellas de la pieza. Algunos de los otros efectos bien conocidos, como los glissandi del trombón y del corno francés, fueron añadidos recién cuando Stravinsky realizó la segunda suite de El Pájaro de Fuego, en 1919. El colorido impulso orquestal y rítmico de la Danza Infernal presagia el mundo brutalmente primitivista de La Consagración de la Primavera, compuesto tres años después.
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