por Ricardo Rondón
Con Otelo, Verdi rompió un silencio auto-impuesto como compositor, que duró 25 años desde 1871 cuando había terminado Aída. El poderoso y sensible libreto de Boito, inspirado en Shakespeare, fue la fuerza motora porque con el paso del tiempo Verdi había asimilado los dramas musicales de Wagner – a pesar de que no los imita – y crea un lirismo italiano profundo, fuerte y verdadero. El estreno de Otelo llamó mucho la atención; por su parte, Verdi estaba incierto del valor de su ópera pero su contrato estipulaba que si no estaba de acuerdo podría retirar la partitura durante los ensayos. Recibió aplausos atronadores cuando terminó la primera representación así como 20 telones y se apreciaban los ojos humedecidos de mucha gente famosa. Hasta las 5 de la mañana su público continuaba exclamando ‘Viva Verdi’.
La nueva producción de Bartlett Sher se presenta el 17 de octubre próximo y tiene el ingrato antecedente de la producción del genial Franco Zeffirelli. Los tres cantantes principales son nuevos en el Met en esta obra: a Aleksandrs Antonenko lo hemos aplaudido en Boris Godunov, como Dmitri y en Il Tabarro, como Luigi. Nadie menos que Riccardo Muti se ha encargado de formarlo en el papel y las críticas de NY han sido espléndidas. Sonya Yoncheva cantará Desdémona y Zelijko Lucic será el Yago. La batuta estará en manos de Yannick Nézet-Séguin, uno de los exponentes más distinguidos de su profesión. Cabe recordar actuaciones notables en México de Jon Vickers, James McKraken, Mario del Mónaco y más recientemente Plácido Domingo, en el papel estelera. Todos triunfaron como el moro de Venecia. La escenografía la comentaremos en la crítica de este evento. Hasta entonces.
Comentarios