por Ricardo Rondón
El próximo 22 de noviembre se transmite en México desde el Metropolitan Opera, El barbero de Sevilla de Gioacchino Rossini. El músico nació en 1792 cinco meses antes del matrimonio de sus padres, y cuenta el pianista y humorista Victor Borge en sus Intermedios favoritos que resultó una lección imborrable: nunca volvió a llegar temprano a una cita en toda su vida. Rossini era el niño más flojo del pueblo y se convirtió en el hombre más perezoso del pueblo. Logró nacer el 29 de febrero lo que, para su fortuna, le evitó asistir a las ceremonias que detestaba. Años después se encontraba en la cama bien cobijado. Escribía un dueto para una ópera y cayó al piso una hoja de la partitura. Por ser tan flojo no quiso recogerla, tomó otro pliego y compuso un dúo completamente nuevo. Al rato llegó de visita un amigo, recogió la música del piso y se la entregó a Rossini. El compositor no soportaba la idea de que esa música se perdiera así que agregó una página y convirtió el dúo en trío para la misma ópera. Rossini compuso muchas óperas y esto le permitía descansar cada vez que le venía en gana. A los 37 años, llegó a su meta. Durante los próximos 40 años todos esperaban una reacción que nunca sucedió y en vez de darnos una nueva obra maestra, prefirió la cama.
El barbero de Sevilla se estrenó el 20 de febrero de 1816 en el Teatro Argentina de Roma. Esta obra magistral de Rossini no fue el primer Barbero. Anteriormente Giovanni Paisiello (1740- 1816) había estrenado el suyo en San Petersburgo en 1782. Había muchos partidarios de Paisiello entre el público del Barbero de Rossini y mostraron adversidad y malos modales y convirtieron el estreno de este compositor de 23 años en un fiasco. Pero pronto la justicia le sonrió y su Barbero fue todo un éxito: en su primera década fue llevado a París, Berlín, San Petersburgo y Nueva York. Entró al repertorio del Met en 1883 dentro de la temporada inaugural y subsecuentemente ha tenido más de 650 representaciones tanto en Nueva York como en las giras. La elegante producción estrenada en 2006 es de Bartlett Sher.
El argumento narra el romance entre el Conde de Almaviva y Rosina, pupila del cómico Dr. Bartolo quien también está interesado en casarse con esta rica joven. Gracias a las maquinaciones del factótum de la ciudad, Fígaro, se celebran los esponsales de la pareja entre júbilo y reclamaciones. En esta producción se ofrece la partitura completa que incluya una escena de gran lucimiento para el tenor que deberá interpretar a Almaviva. Poco antes del final, canta Cessa di piu resistere, una de las arias de mayor lucimiento en el mundo operístico. Solo unos cuantos la enfrentan pero Lawrence Brownlee ha demostrado maestría como tenor belcantista y debe darnos algo memorable. La hermosa soprano Isabel Leonard será Rosina, rol que cantan también las mezzo- sopranos. Tres artistas nuevos para nosotros son: Christopher Maltman(Fígaro), Maurizio Muraro (Dr. Bartolo) y el director Michele Mariotti. Será un gusto volver a ver a Paata Burchuladze que encarna a Don Basilio. Fue una de las voces más imponentes de sus tiempos, un verdadero bajo cantante de gran extensión y profundidad. Además, tiene mucha personalidad. Debe ser una función memorable. Nos vemos en el Auditorio el 22 de noviembre, a las 12 hrs.
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